'Ama' nos interpela sin diálogos sobre el cuidado a los mayores
Marie de Jongh estrena en Barakaldo su primer espectáculo para adultos, con «máscaras cero» que transmiten sentimientos universales
Pese a su larga y reconocida trayectoria, Jokin Oregi se siente «ante una especie de precipicio» en vísperas del estreno de 'Ama' (La terrible belleza), ... este sábado en el Teatro Barakaldo. La compañía bilbaína Marie de Jongh, que atesora varios premios -entre ellos el Nacional- de teatro infantil y familiar, quería «romper otro límite» con su primer espectáculo para adultos. Lo hace con máscaras y sin diálogos, manteniendo sus señas de identidad.
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El propio Oregi volverá a subirse al escenario tras 25 años consagrado a las tareas de autor y director. Interpreta a Mario, un pintor con una hija adolescente que «nunca ha aprendido a cuidar de nadie» y se hace cargo de sus padres, de avanzada edad. Tenían claro que querían abordar esta historia desde el punto de vista de un hombre para cambiar la perspectiva habitual.
«Estamos en un momento vital muy cercano a lo que se cuenta», explica. «Queremos plantear cómo vamos a gestionar este tema, no solo individualmente sino como sociedad. Cómo nos imaginamos a medio y largo plazo, cómo lo harán nuestros hijos... Si nos parece bien hacia dónde vamos y si somos conscientes de los beneficios y las pérdidas que eso supone. ¿Nos podemos ayudar unos a otros, aunque sea hablando de ello?», se pregunta.
«Nos preocupa cómo vamos a gestionar este tema y cómo lo harán nuestros hijos», afirma Jokin Oregi
«Convertirnos en objetos»
Siempre parten de historias originales y buscan la mejor manera de contarlas. En este caso les ha llevado a un nuevo tipo de máscara que denominan «cero». Construida con varias capas de tela, carece de cualquier rasgo humano. Parece algo artificioso y, sin embargo, «funciona para transmitir verdad» y sentimientos universales. «Nos abre un camino para ir a formas narrativas diferentes. En el momento en que nos detenemos parece que nos convertimos en objetos, y eso conduce a una reflexión. Cómo tendemos a ver objetos en los otros, en los ancianos, las mujeres... o incluso a autodefinirnos así». El proyecto cuenta con la coproducción de la Ópera Grand Avignon y ha crecido en una residencia artística en el Teatro Barakaldo.
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La ausencia de miradas y de voces -la palabra escrita aparece en algunas proyecciones- no impide construir un relato con saltos en el tiempo. Los siete intérpretes -Oregi, Ana Martínez, Javier Renobales, Anduriña Zurutuza, Maitane Sarralde, Joseba Uribarri y Amets Ibarra- trabajan «con su cuerpo, con la acción y con el respirar para que la gente sepa constantemente qué ocurre en la mente del personaje».
El espacio escénico de Elisa Sanz e Ikerne Giménez y la música de Adrián García de los Ojos -«doce temazos que vamos a lanzar en un cedé», incluyendo una versión tecno de 'Ne me quitte pas'- enmarcan una propuesta «con una atmósfera propia, algo difícil de conseguir». El espectador «se va a reconocer» en esos personajes sin rostro que son «super-anti-héroes de lo cotidiano».
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26 de febrero
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Autoría y dirección. Jokin Oregi.
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Reparto. Ana Martínez, Javier Renobales, Anduriña Zurutuza, Jokin Oregi, Maitane Sarralde, Joseba Uribarri, Amets Ibarra.
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Escenografía y vestuario. Elisa Sanz, Ikerne Giménez.
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Música. Adrián García de los Ojos.
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