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Hay gente que a uno le inspira una sencilla definición de la inteligencia: 'no decir en voz alta todo lo que se te pasa por la cabeza'. Es el caso de la presentadora televisiva y presunta humorista norteamericana Nikki Glaser, que el pasado 5 de ... enero condujo en Beverly Hills la ceremonia de los Globos de Oro y que, a toro pasado, se ha animado a revelar en un programa radiofónico, algunas de las bromas sobre las grandes estrellas de Hollywood que le hubiera gustado hacer pero a las que renunció en esa gala cinematográfica. La verdad es que la mayoría de ellas son de tan pésimo gusto que debería haber renunciado a comentarlas en la misma emisora de radio. La broma que se le había ocurrido para el actor Adrien Brody, por sus premiados papeles en 'El pianista' y en 'The Brutalist' como superviviente del Holocausto, era directamente atroz: «Si pudiera volver hacia atrás en el tiempo tendría que darle las gracias al bebé Hitler por su carrera».
Creo que, entre la aguda incorrección política y la idiocia moral que lleva a banalizar el capítulo más negro de la Historia del siglo XX, hay una distancia que, al parecer, algunas mentes no saben apreciar. Nikki Glaser debe de estar convencida de que es ingenioso y gracioso todo lo que se le pasa por la cabeza. Tanto que, si tuvo misteriosamente la básica prudencia para realizar un oportuno ejercicio de autocensura durante esa fiesta del cine, no ha podido después reprimir el deseo de que el mundo sepa lo que se calló y de lo que su cabeza es capaz.
Pienso en qué motivo pudo tener ese personaje para no hacer en la gala de los Globos de Oro esa gracia sin gracia, que luego sí hizo en una radio, y me parece que es, en efecto, un verdadero misterio. Probablemente la clave resida en que en ella pesa más el miedo que el tacto.
Sí. La broma más benigna que se autocensuró en aquella gala era la que establecía -según ha contado- una similitud entre el protagonista mecánico de la película animada 'Robot Salvaje' y 'Nicole Kidman con dos vinos encima'. La valiente Glaser confiesa que no se atrevió a soltar la gracieta por temor a la reacción de la actriz. Se atreve ahora en una emisora, cuando no la tiene delante. Aclarado el misterio.
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