«Si iba a exponer, ocultaba mi embarazo»
Las luchas sociales y el feminismo centran la obra de la artista, que se dedica también a escribir la Wikipedia de mujeres sin reconocimiento
I. Ibañez
Lunes, 20 de octubre 2025, 09:08
Colgadas de las paredes, fotos de sus proyectos, como el que realizó en un barrio negro de Chicago donde se adentró con su cámara para retratar a sus habitantes, sus costumbres, y donde el hallazgo de una muñeca abandonada y tirada en un vertedero culminó con la serie 'Violación'. La visión feminista de Marisa González está integrada en muchos de sus proyectos, tanto como en su propia vida. Recuerda que su padre, al enterarse de que les dejaba para irse a la universidad en Madrid, le pagó los estudios con el objetivo claro de que no se hiciera «puta».
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Más tarde, cuando ella encabezaba movimientos sociales y políticos en su facultad –protestó en mayo del 68, contra la guerra de Vietnam en EE UU, más tarde fue la de Irak, y hoy es la masacre de Gaza...–, su padre dijo que la prefería «puta antes que roja», y ese será el título de un documental que van a rodar sobre ella. Pese a estos episodios, tampoco tan extraños en familias del pasado, la relación con el progenitor acabó normalizada.
Hoy vive junto a Germán, economista con el que lleva 55 años y con el que tuvo 3 hijos: «Siempre supe que no querría casarme con otro artista, porque iba a acabar a su sombra, limpiando sus pinceles y dando clases. Cuando iba a exposiciones estando embarazada, solía esconder la barriga con una capa, porque en cuanto sabían que ibas a ser madre ya te miraban con otros ojos, tu carrera se frustraba».
Su activismo feminista de otras épocas lo desarrolla en la actualidad cada martes en la biblioteca del Reina Sofía; allí se reúne con otras diez mujeres de distintos ámbitos profesionales para escribir la Wikipedia de artistas, científicas... no reconocidas. Se hacen llamar 'Cuarto propio', en honor a Virginia Wolf: «Nunca pensé que tuviéramos tantos problemas para escribir estas biografías. Hay hombres, siempre lo son, qué casualidad, que se les llama bibliotecarios y son como los inspectores que revisan para que no se metan patochadas, mentiras, tonterías. Pues al minuto de colgar el artículo de una de estas artistas, o científicas o lo que sea ponen una nota de aviso de borrado promocional, como si estuviéramos haciendo promoción de esa persona...».
La planta 'cruel'
La rodean también sus fotos de chayotes en todas las etapas de su vida e incluso más allá: el chayote es una planta trepadora de la familia de las cucurbitáceas similar al calabacín que cuando germina se abre y recuerda a una vagina. Aunque ahora es otra especie la que centra su interés, su último desafío: la 'Araujia sericifera', «conocida como 'la cruel' porque al crecer se enrosca en las plantas cercanas y las asfixia». Aquí es una planta invasora que contiene dentro una especie de 'abuelitos' o dientes de león, que ella acumula en una urna formando una masa blanca para fotografíar en su mesa sobre una tela negra. Ya lo hizo anteriormente con los restos que quedan en el filtro de la lavadora: los moldeaba para darles formas diferentes.
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Frutas y hortalizas integran una parte de su trabajo. Visita y rebusca en mercadillos para dar cuerpo a la serie denominada 'Transgénicos': limones grandes y deformados que su hermano le trae del huerto; zanahorias que dejó secar hasta que se redujeron a una mínima parte y hoy parecen piedras; cebollas que el tiempo desintegró por dentro mientras su envoltorio de capas sobrevivía inmutable. Un caparazón vacío.
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