La fotógrafa que hace retratos de las nubes
La bilbaína Leticia Varela participa en el programa off de PHotoEspaña con su exposición 'Cirrus', de imágenes misteriosas e impredecibles
Leticia Varela no es alguien que pertenezca plenamente a este mundo. «Siempre he estado en las nubes», confiesa sin ningún tipo de reparo. Pero esta ... bilbaína no tiene por qué arrepentirse y es que esa predilección por tumbarse sobre la hierba del jardín y contemplar los cielos la ha conducido hasta el mundo del arte. Según cuenta, siempre la ha acompañado una cámara Kodak, aunque su verdadera trayectoria como creadora comenzó hace menos de una década y ha sido fulgurante. El Centro de Fotografía Contemporánea le otorgó una beca en 2013 y en 2016 ganó el Festival Internacional Santander Photo. Cinco años después, su muestra 'Cirrus', abierta en la prestigiosa galería Orfila de Madrid, participa en la sección off de la última edición de PHotoEspaña, aún en curso.
Las más alejadas de nosotros, aquellas que nos anuncian los cambios meteorológicos, son las que reclaman su atención. «Cuando las conoces, te fijas más porque albergan mucha información», apunta. Ella las enfoca como si se tratara de retratos de individuos y asegura que son ligeras, como delicados filamentos de lana, y un tanto misteriosas e impredecibles. «Una cosa es lo que ves en la cámara, otra, lo que percibes a través del objetivo y una tercera, aquello que contemplas en el ordenador», asegura.
La fotógrafa interviene las obras coloreándolas por medios digitales, según explica, para potenciar el ciclo hidrológico dentro de su imaginario, desplegado dentro de un proyecto mayor denominado 'Campectonia', formado por cuatro series. «Las pinto para potenciar el ciclo hidrológico, pero siempre preservando su frescura», indica. Inevitablemente, el diálogo desemboca en el cambio climático y nuestra irresponsable capacidad para modificar el medio. Ni siquiera esas esponjosas formas que salpican el cielo se han librado de la intervención suicida del hombre. Varela nos recuerda que en 1947 se inyectó hielo seco en un huracán para debilitarlo, iniciativa que deparó catastróficas consecuencias.
«Me veo reflejada»
Las imágenes que ahora pueden contemplarse evocan escenarios fantásticos y desbordantes en su sensualidad, quizás con reminiscencias del romanticismo alegórico de Caspar David Friedrich o con ciertos atisbos del expresionismo abstracto. Ahora bien, no son necesariamente paisajes exteriores. «Me veo reflejada», advierte y reconoce que las nubes traslucen su estado de ánimo.
La sinceridad es el argumento que emplea la artista para explicar su rápida proyección. «Si hablas de ti y tus valores, si intentas crecer, necesitas la honestidad, aunque quizás te lleve más tiempo», aduce y añade que fue consciente de haber emprendido una carrera artística cuando se sintió reflejada en la fotografía que elaboraba. Ahora, mientras sus fecundas nubes comienzan a sobrevolar galerías y ferias de arte, sigue adelante con otras iniciativas en curso, caso de 'Still Alive', sobre jardines. «Siempre hago lo que me pide el cuerpo», afirma.
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