Los falos que hechizaban a Roma
El enorme relieve de un pene hallado en un yacimiento romano de Córdoba se suma a una larga serie de este tipo de representaciones mágicas
Se podría decir que los romanos estaban fascinados por los penes. Pero no sería correcto. En realidad, los romanos recurrían a los penes para evitar ... la fascinación, entendida esta como el hechizo, el embrujo. El dominio de una persona a través de la magia. Fascino era un antiguo dios latino que era representado por un falo y al que se rendía culto como protector frente a magias y maleficios. Por el mismo nombre -fascinus o fascinum- se conoce también a sus representaciones simbólicas, efigies, relieves y amuletos con forma de pene erecto. Para la mentalidad contemporánea esta expresión de la religiosidad y de la magia romanas resulta tan chocante -por no decir escandalosa- que cada vez que un fascinus especialmente llamativo sale a la luz en una excavación arqueológica se convierte en noticia y en consiguiente objeto de comentarios más o menos jocosos en Twitter. Es lo que ha sucedido con el hallazgo de la representación en relieve de un falo en el yacimiento de El Higuerón, en Nueva Carteya (Córdoba), dado a conocer en sus redes sociales por el museo local el pasado viernes.
En el Muro de Adriano, un investigador ha encontrado repartidos 57 falos
comunes
El sitio está siendo excavado por un equipo de la Universidad de Granada. En lo que parece ser el sillar de una esquina de la base de una torre romana levantada sobre un asentamiento ibérico anterior de notable importancia, los arqueólogos han despejado un enorme falo tallado en relieve. «De casi medio metro», señalaron. La pieza es lo suficientemente llamativa para que se haya avisado al Seprona para que la Guardia Civil se haga cargo de su protección.
Los responsables de la excavación apuntaban que su tamaño es poco común y que estaban consultando bibliografía especializada para comparar con otros ejemplares. Les llevará tiempo, porque este tipo de representaciones son muy abundantes. Solo en el Muro de Adriano, en el Reino Unido, un investigador de la Universidad de Newcastle ha encontrado repartidos 57 falos. En el fuerte de Vindolanda, Inglaterra, recientemente fue noticia el hallazgo de un relieve fálico que no tiene mucho que envidiar al cordobés y que además aparecía 'enriquecido' con una inscripción en la que se podía leer «Secundinus, cagón», que posiblemente no le debió de hacer mucha gracia al aludido, quizá un oficial de este asentamiento militar.
Leptis Magna (Libia)
Es uno de los fascinus más conocidos. Es un bajo relieve de un pene con patas que tiene otro pene con el que eyacula en un ojo maligno sobre el que hay un escorpión.
Museo local de Nueva Carteya
El Higuerón (Córdoba)
El relieve descubierto ahora mide casi medio metro y está en la base de lo que debió de ser una torre militar romana.
Vindolanda (Reino Unido)
Este relieve encontrado en el campamento militar de Vindolanda se completa con una inscripción en la que se llama «cagón» a un tal Secundinus.
Clunia (Burgos)
Dos lados de este sillar, la esquina de un edificio, están adornados con otros tantos falos propiciatorios.
Amuletos
Tintinnabulum o campanillas de viento con falos mágicos de Herculano (Italia).
Pompeya (Italia)
Un falo grabado en el pavimento de una calle de Pompeya, en la que abundan este tipo de representaciones.
Innumerables
En Pompeya las representaciones de penes son innumerables. Las hay de todas formas y tamaños. En grafitis dibujados de cualquier forma en tabernas, en elaboradísimos relieves, pintados en las casas, en mosaico... En la vía pública, en las esquinas de los edificios, en los umbrales o en los interiores de las viviendas. En Leptis Magna, cerca de Trípoli, en Libia, hay varios ejemplares destacados. Sobre todo un relieve que refleja muy bien el carácter mágico de estas representaciones. Se ve en él un enorme falo con patas dotado con un segundo pene que eyacula sobre la representación de un ojo sobre el que hay un escorpión. Es magia contra el mal de ojo. En España también hay piezas destacables. En Clunia, Burgos, siempre llama la atención de los visitantes un sillar que debió formar parte de la base de un edificio. Debía de estar en una esquina, pues en dos de sus lados hay otros tantos falos de un tamaño similar al descubierto ahora en Córdoba.
Estos penes mágicos no se quedaban solo en la pared. Aparecen en lamparillas, esculturas, colgantes y pequeños amuletos. Algunos para niños muy pequeños. La llegada del Cristianismo acabó con todo esto. Estas magias que Plinio describía con curiosidad serán denunciadas por Agustín de Hipona, que escribirá «de culto a las partes vergonzosas del hombre, no con cierto recato secreto, sino con la exaltación de la maldad en la publicidad».
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