Fallece Juan Giménez, maestro del cómic y fabricante de sueños

El veterano dibujante argentino Juan Giménez (Mendoza, 1943), afincado en Sitges desde hace décadas, ha fallecido víctima del Covid-19. El maestro del cómic de fantasía y ciencia-ficción fue ingresado al llegar de viaje a su ciudad natal, saltando el gran charco. El mundo de la historieta está apesadumbrado. También el sector del videojuego, ya que el autor, responsable de obras maestras del arte secuencial como 'Ciudad' o 'Cuestión de tiempo', firmó portadas míticas de lanzamientos para el mercado electrónico del ordenador doméstico en los 80.

Se ha marchado a los 76 años, lleno de energía. En 2017 recogió exultante un premio honorífico en el 50 aniversario del festival de cine de Sitges, que nunca se perdía. Su casa está junto al gran auditorio que acoge las principales proyecciones. En 2015 recibió un cumplido homenaje a su trayectoria en el Salón del Cómic de Getxo. Son solamente un par de ejemplos, cercanos en el tiempo, de los múltiples galardones que recibió a lo largo de su extensa carrera. Parte de su obra se expuso en el parisino Centro Pompidou en 1997.

Indomable fabricante de sueños, el dibujo le atraía desde la infancia. «Desde el mismo momento en que tuve en mis manos la primera revista de historietas cuando tenía 8 o 9 años», contaba a este periódico. Quizás 'La casta de los Metabarones', con guión del genio Alejandro Jodorowsky, sea su obra más popular. Gran éxito de ventas en Francia, la historia gira en torno a la figura del Metabarón, un guerrero cazarrecompensas. Las crónicas de su linaje funcionan como columna vertebral a lo largo de ocho álbumes de estética entre futurista y medieval. El argumento, trufado de subtramas, mezcla tragedia griega y filosofía oriental con la excusa de describir las vicisitudes de un clan familiar de luchadores invencibles. 'Basura', 'El cuarto poder', 'Leo Roa', Juego eterno' y 'Estrella negra' también destacan en su legado.

Giménez se instaló en España en los años 80, cuando colaboraba asiduamente en '1984' y 'Comix Internacional', las grandes cabeceras de Toutain Editor, símbolo de una de las épocas doradas de la historieta. Son muchas las voces del medio que han llorado su marcha, entre ellas la de su compañero de profesión Horacio Altuna: «Fue colega, maestro y amigo. Era único, inolvidable», comentaba en las redes sociales el responsable de 'Ficcionario'. Alex de la Iglesia también ha expresado en público el dolor de la pérdida de un nombre esencial en la historia del cómic y la ilustración. Un autor único que se mostraba siempre amable con sus seguidores y blandía un sentido del humor entrañable y especial.

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