«A los jóvenes les gusta el arte clásico porque están acostumbrados a las narrativas visuales»
Miguel Falomir es el director del Prado, el museo que más seguidores de Tik Tok tiene en el mundo y donde el 50% de sus visitantes entran de manera gratuita
Miguel Falomir (Valencia, 1966) dirige el Prado desde 2017, uno de los grandes museos del mundo. Podría decir que ha llegado a lo más alto ... de su profesión, pero él lo relativiza. «No creo que nadie estudie Historia del Arte para ser director de museo. Es una posibilidad remota, que a veces se concreta. Añoro cada día la investigación y volveré a ella», confiesa este especialista en artistas como Tintoretto. El Bellas Artes de Bilbao le ofreció ayer un descanso de la gestión para dedicarse a lo que más le gusta, al invitarle a dar una conferencia sobre Rubens en la Sala BBK de la Gran Vía.
– Los museos aún están saliendo de la pandemia. ¿Cómo le afectó al Prado?
– Tuvimos la suerte de que apenas estuvimos tres meses cerrados. Era importante estar abierto, activo y demostrar que eres parte de esa sociedad. De tener el 65% de visitantes extranjeros, pasamos a tenerlos todos de Madrid, o de algunos barrios de sus barrios porque otros estaban confinados. Y eso nos dio la oportunidad de conocerlos mejor, de estudiar sus preferencias.
– Fue un momento en que las grandes instituciones miraron hacia sus colecciones para montar exposiciones. ¿Se mantendrá la tendencia?
– Esa tendencia ya estaba latente. Se estaba cuestionando la viabilidad económica de las grandes exposiciones y ahora hemos añadido la huella ecológica, la sostenibilidad. ¿Habrá un cambio total en esa dirección? No lo creo. Tenemos la suerte de poseer una colección permanente muy potente que nos permite, si no dejar de hacer exposiciones temporales con préstamos y colaboraciones, sí hacerlas más volcadas en nuestros propios fondos.
– La muestra estrella de este año es la de Vermeer.
– Sí, y se hace en el Rijksmuseum, en Holanda, que es donde están la mayoría de sus obras.
– Ustedes tienen en su programa al pintor barroco Guido Reni.
– Fue famosísimo en su tiempo pero luego quedó en el olvido, así que no sabemos cómo va a responder ante su obra la sensibilidad del siglo XXI. Una de las partes fundamentales de la muestra es su concepción del cuerpo musculado, barroco, que es algo muy actual. Nuestra misión es demostrar la vigencia en el presente de lo lejano en el tiempo. Nuestra obligación es intentar demostrar que pueden seguir teniendo vigencia. Si no lo hiciéramos, seríamos un salón de anticuarios y tendríamos poco futuro.
– El año pasado, la mayoría del público del Prado estaba en la franja de los 18 a los 34 años. ¿Cómo lo explica?
– Hay cosas que percibo y que las comento con algunos colegas. Creo que los jóvenes han vuelto a ser curiosos. Y también me parece que el arte clásico les gusta porque están acostumbrados a las narrativas visuales, a las series, a las redes sociales. Ven un cuadro con la decapitación de San Juan Bautista, o con los personajes de Velázquez, y quizá se sientan más afines que a otro tipo de arte.
– El Prado es líder en seguidores de su cuenta de Tik Tok.
– Líder mundial, con casi medio millón de seguidores. Tenemos una actividad muy potente en redes sociales que seguramente esté rindiendo. A mí, cuando me lo plantearon, dije que sí a condición de que no supusiera banalizar el arte. Había visto el Tik Tok de algunos museos en los que a los ángeles de los cuadros se les mueven las alas. Y eso, no. O es un instrumento educativo o no lo hacemos.
– Usted ha protagonizado alguno de ellos.
– Si tengo que explicar el punto de fuga de un cuadro de Tintoretto que he estudiado mil veces, lo hago sin problemas. No me parece una frivolidad.
Las mujeres, primero
– El 64% de los visitantes del año pasado responde al perfil de una mujer, con estudios superiores y trabajo estable. ¿Qué le dicen esos datos?
– Cuando sólo podían entrar los madrileños, entrabas a una sala y veías nueve mujeres y un hombre. Ahora los números por sexos, por los turistas, se están equilibrando. No es una novedad que las mujeres son las grandes seguidoras de la cultura,
– Pero ¿es o se está volviendo el arte una actividad destinada a ciertas clases sociales?
– Es evidente que el elemento socioeconómico influye. Pero nosotros hacemos lo posible para que no lo haga. Nadie puede decir que no visita el Prado por dinero. Es gratuito todos los días de seis a ocho de la tarde. Si eres menor de 18 años o profesor, o si estás sin empleo, también lo es. Un 50% de nuestros visitantes entra sin pagar al museo.
– ¿Entonces?
– Para nosotros es algo muy, muy, muy importante. Gran parte de nuestros programas de educación tienen una dimensión social y están pensados para integrar a la gente. Pero yo he hablado con muchas personas de Madrid y te dicen 'bueno, yo es que veo las columnas del Prado y pienso que no es mi sitio'. Sólo hay una solución: educación, educación, educación, e ir despacio.
– ¿Cómo va la ampliación del Salón de Reinos?
– Bien. Este año haremos la mayor parte de las obras. Es la primera ampliación para mostrar más obras, porque la de Moneo fue para organizarlas mejor.
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