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Belén Cuesta junto a Ricardo Gómez, quien da vida a su hermano menor en la obra de McDonagh. e. c.

«Salimos arollados de cada función porque exige mucho física y anímicamente»

entrevista a belén cuesta ·

La actriz malagueña protagoniza 'El hombre almohada', una de las obras más atractivas del Festival Internacional de Teatro que se representa el viernes en el Principal

Jueves, 28 de octubre 2021, 00:34

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Delante de una cámara ha hecho reír al público en series como 'Paquita Salas' y 'La Llamada', ambas de Los Javis, amigos con los que ha dado un gran salto mediático. También ha defendido un papel ya inolvidable del cine español como Rosa, la mujer de un topo de la Guerra Civil, en 'La Trinchera Infinita'. Sobre el escenario, uno de los mayores retos de Belén Cuesta (Sevilla, 1984) se llama 'El hombre almohada', del dramaturgo inglés Martin McDonagh, conocido por dirigir el filme 'Tres anuncios a las afueras'. En la adaptación de esta intriga con toques de humor negro, la actriz andaluza da vida a Katurian, una escritora cuyos cuentos se parecen sospechosamente a una serie de crímenes que se han cometido recientemente. Llega mañana al Principal (19.30 horas, 24-18-12 euros) como una de las grandes apuestas del Festival Internacional de Teatro.

– En ese paralelismo entre cuentos de ficción y la realidad, salvando las distancias, me viene a la cabeza lo que pasa en algunos patios de colegio con 'El juego del calamar'. ¿Es posible trazar alguna relación temática?

– La locura esa que pasa en algunos colegios... No lo había pensado. Es verdad que uno de los temas que toca 'El hombre almohada' es eso de hasta qué punto un autor es responsable de cómo la gente lee o recibe su creación. Igual es lo que está pasando con 'El juego del Calamar', pero en ese caso los padres tienen mucho que ver para enseñar a diferenciar la ficción y si es adecuada. En la obra sí que se habla de eso, pero hasta cierto punto, porque es una obra maravillosa y compleja.

– En esa multitud de temas se encuentran el maltrato infantil o los abusos de poder en estados totalitarios. ¿Con qué se queda finalmente el espectador? ¿Cada uno lo lleva a su terreno?

– Ha pasado de todo en las funciones que hemos hecho. Se genera siempre mucho debate y la gente se acerca a plantear dudas que pueden surgir. Además, hay mucho humor negro dentro de lo horrible. Se quedan también con los cuentos que son en algún punto horribles, pero en los que hay mucha belleza. Es que el autor inglés Martin McDonagh es maravilloso.

– ¿Llega a incomodar al público ese humor negro?

– Hasta que entra en el código, hay quienes se preguntan si se pueden reír de eso o no. El público va entrando poco a poco en función, al ser un poco más negro te cuestionas si te puedes reír, pero se acaba imponiendo esa risa, quizá por nerviosismo, porque lo exige tanta tensión.

– Su personaje, Katuria, es una escritora de cuentos a la que detienen y se encuentra en una situación límite. ¿Había hecho algún papel parecido anteriormente?

– No, de hecho me ha supuesto un reto, es una función agotadora para nosotros y, al mismo tiempo, muy placentera y una suerte para nosotros. Pero físicamente y anímicamente nos deja un poco cansados, nos arrolla cada vez que la hacemos porque exige mucho el texto.

– ¿Suele tener pesadillas con los personajes de las obras en las que trabaja?

– Ahora no, al principio un poco. Sobre todo antes de estrenar, por los nervios. Siempre estás dándole vuelta y pensando en que no te vas a acordar del texto... Pero una vez que hacemos la función conseguimos quitarnos eso de encima. Y ahora que nos vamos de gira tenemos muchas ganas porque además cuando acaba nos vamos a cenar rico (risas).

– En una entrevista anterior comentaba que el Goya que ganó por 'La Trinchera Infinita' no había cambiado nada.¿Ni siquiera llegaron más ofertas de guiones?

– Yom me siento muy afortunada en el sentido de que, a pesar del Goya, he tenido la fortuna de seguir trabajando y no he notado un cambio en el sentido de que me enviaran diez guiones dramáticos tras ganar. No noto una cosa diferente, pero me siento muy afortunada de poder seguir trabajando.

– ¿El teatro es una necesidad mayor que el cine?

– Para mí es una necesidad como espectadora y actriz. Creo que hacer teatro, en la experiencia y lo que experimento como actriz hay algo de necesidad y esa comunicación es diferente en otros medios. Pero amo hacer cine porque al final a los actores lo que nos gusta es contar historias y cada medio tiene sus ventajas.

– El cantante Leiva contaba en una entrevista que lo más extraño que había leído acerca de él en internet era que se echaba gotas de LSD en los ojos. ¿Qué es lo más extraño que han dicho en redes sobre Belén Cuesta?

– Esa de Leiva me parece genial (risas). En mi caso, en muchos sitios dicen que soy experta en esgrima y que he competido a nivel nacional. ¡Que alguien me diga en qué puesto quedé! Pero no, nunca he hecho esgrima.

– ¿Busca de vez en cuando su nombre en Google?

– No, intento no hacerlo, ya lo hacen mis padres. Lo de la esgrima me lo comentaron ellos.

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