Tras el traslúcido telón a modo de sipario en el que figuraba el enorme retrato de Ana Bolena de Nidd Hall, se nos mostró una ... fastuosa escenografía que incluía un bello atrezzo. Se agradece la presencia de una producción rica y fiel a la época. El coro de la Ópera de Bilbao, que apareció con rico vestuario, nos deleitó con un bel canto elegante y de bello color vocal. En la parte femenina radicó el susurrante y seductor canto spianato con dulzura y sentimiento.
Publicidad
'Ana Bolena'
-
Autor: G. Donizetti.
-
Dir. de escena: Stefano Mazzoni.
-
Dir. mus: Jordi Bernàcer.
Es justo que destaquemos al tenor Celso Albelo. Aunque su voz no tenga un rebosante caudal, su técnica y proyección son tan envidiables que, por ello, en su dulce canto spianato no hay ninguna traba para entorpecer su gran facilidad a la hora de cantar a media voz o acudir a las notas altas. En competencia vocal leal, tuvo enfrente al bajo Marko Mimica como Enrique VIII. Fue el otro triunfador y nos gustó tanto vocal como escénicamente, pues a su rotunda voz de grato color, unió genuinos gestos reales en una gran presencia escénica. La soprano Joyce El Khoury tuvo una actuación y un canto irregulares. Pasó de cantar dubitativa y limitada en el primer acto, a un final emotivo, con voz segura y derroche de agudos, aunque su canto no se adentró en la coloratura como se debiera. Un claro ejemplo de su presumible reserva vocal lo constatamos en el aria de la prisión 'Al dolce guidami', cantada de manera serena y lánguida. La dirección del alicantino Jordi Bernàcer se atuvo con gran entrega a una partitura hermosa y que la Sinfónica de Bilbao atendió de manera homogénea a las largas pausas ordenadas por su batuta en bien del canto pausado y cómodo de los artistas.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión