
¿Quién teme a Donald Trump?
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Industria cultural ·
Disney, Amazon o Netflix callan para no desatar la ira presidencialEl titular aparecido esta semana en la prensa anglosajona no puede ser más explícito: «La capitulación colectiva ante el miedo o cómo Hollywood se inclinó ... ante Trump». Cierto, porque a diferencia de la reacción generalizada en la industria cultural contra las decisiones del presidente estadounidense en su primer mandato, ahora el silencio, la prudencia o incluso el sometimiento a los desmanes trumpistas son mucho más que palpables.
Por ejemplo, ya no es solo que muchos museos americanos hayan sufrido sin rechistar la orden que anula los fondos federales para los programas de diversidad, equidad e inclusión, sino que además estudios y plataformas como Disney, Warner Bros, Amazon o Netflix también han seguido la misma pauta para no desatar la ira presidencial. No hay que molestar a Trump, esa es la consigna, como lo prueba el silencio actual de artistas como Taylor Swift y Beyoncé o el de actores como George Clooney y Robert de Niro, todos ellos beligerantes en las campañas para impedir su triunfo. Por supuesto, donde más se ha notado esta nueva docilidad ha sido en la última gala de los Oscar. De un lado, nadie quiso mencionar las posibilidades de premio para 'El Aprendiz' -dos nominaciones a mejor actor y a mejor actor de reparto-, no fuera a ser que la publicidad sobre una película que reflejaba la forja de un manipulador molestara al detentador actual de un poder omnímodo. De otro, los discursos contenidos y las suaves reivindicaciones también metaforizaron el temor generalizado ante el avasallamiento trumpista.
Ahora bien, este temor intenso y persistente que afecta a la crítica política o también a la propia creación cinematográfica no es tanto a la persona de Trump, como al efecto que una invectiva suya pueda producir en el consumo de los contenidos culturales creados por cualquier desafecto. No se olvide que el triunfo de Trump se asentó en el respaldo de muchos millones de votos, los mismos que cuando decaiga en las encuestas la aprobación presidencial irán despertando una crítica que erosionará el actual sometimiento. Tiempo al tiempo.
Cine
La fama trae consigo la soledad, porque el éxito es casi siempre frío y solitario. La cita es de Vicki Baum, la escritora judía que huyó del nacionalsocialismo y se ganó la vida como guionista en el Hollywood de los años 40. Pues sí, la fama y la fortuna fueron también el atrezzo final, declinante, en la muerte de Gene Hackman, aislado y desamparado tras el fallecimiento previo de su mujer. La misma representación del abandono y la tristeza que en el caso de William Holden, ahogada su estrella en el alcoholismo de una soledad avivada por el éxito y la fama, causa cierta de un final decorado suntuosamente en el suelo de una casa de Santa Monica, tan alejado del glamour y la celebridad como cercano a la aflicción de un desamparo trágico. El éxito y la fama gratificaron e igualaron a Hackman y Holden como actores versátiles, de peso y presencia, de prestigio y popularidad. Pero también la gloria los uniformó en la tragedia de la soledad postrera o en el drama de un final silencioso, doloroso y lejano, muy lejano, de esa notoriedad que es efímera y a veces tóxica.
TVE
Es curioso el devenir del concepto de servicio público en RTVE, cada vez una noción más gaseosa y moldeable para el gobierno. Que La Moncloa quiere más 'share' para propagar su influencia, pues se contrata a Broncano por 28 millones de euros y se dice que el entretenimiento es clave. Que luego el 'share' de Broncano palidece, pues nada como proponer para las tardes el formato rosa de Belén Esteban y Maria Patiño. Y si alguien se queja de que este tipo de programa no tiene nada que ver con la calidad y la reflexión exigida a un servicio público, pues entonces el presidente del ente va y dice que quiere hacer una televisión sostenible. Todo muy lindo, sí, de no ser por el agujero de 30 millones en el último ejercicio o de esos 1.193 millones de un presupuesto que en buena parte corre a cargo de los presupuestos públicos.
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