Vista del Louvre. Reuters
Sin rodeos

Los museos y la brutalidad del mundo

¿Cómo hacemos compatible la condición actual de los museos como ágora para el debate y el pensamiento crítico, con su plena apertura y accesibilidad?

Sábado, 1 de noviembre 2025, 23:55

Da mucho que pensar la carta firmada por 50 directores de distintos museos del mundo en apoyo a la presidenta del Museo del Louvre, tras ... el robo de las joyas de la Corona Francesa. Dicen los firmantes que esas instituciones «no están al margen de la brutalidad del mundo, con lo cual se enfrentan hoy a actos cada vez más violentos». En efecto, al transformarse los museos de simples depositarios y conservadores en centros sociales activos que reflexionan sobre los retos de las sociedades contemporánea o que se convierten en agentes para debatir sobre la memoria y los conflictos, no extraña entonces que en ellos se evidencien a veces no solo la brutalidad del mundo actual, sino también una amplia variedad de reivindicaciones sociales. Véase como ejemplos tanto los asaltos y los robos que solo buscan el valor material de las piezas, como los atentados recientes que eligen los museos para reivindicar y publicitar con un ataque a la cultura y al arte causas tan variadas como la sostenibilidad, la desigualdad de género o el pasado colonial.

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Obviamente no sería inteligente pensar que todas estas brutalidades terminarían si los museos volvieran a su función inicial y renunciaran a su condición actual como espacios abiertos de diálogo e inclusión, de pensamiento crítico, accesibles a una pluralidad social. Encima, y como dicen en su carta los firmantes, los museos no pueden ser ni bastiones, ni cajas fuertes, sino que deben seguir con su misión más fundamental, como es la de compartir con el mayor número posible de personas el patrimonio común. Tienen razón.

Pero, ¿cómo hacemos entonces compatible la condición actual de los museos como ágora para el debate y el pensamiento crítico, con su plena apertura y accesibilidad? Pues, aparte de las lógicas medidas de seguridad que reduzcan su vulnerabilidad, no hay soluciones milagrosas. Tan solo queda el rechazo a las causas que se reivindican violentando la cultura y el patrimonio; y la educación sobre la importancia y el respeto a los museos como exclusivos espacios para el conocimiento y el diálogo civilizado.

Música

¡Qué grande Celia Cruz!

Seguirá Celia Cruz en el centenario de su nacimiento bailando en la memoria su música caliente, en las manos del bonguero, en el cuero del timbal, cuando suene una guaracha o un guaguancó. Lo decía en su «Yo viviré», su versión latina del aquel 'I will survive' de Gloria Gaynor, como testamento sonoro para la posteridad. Un legado cantado que firmó la 'Guarachera de Cuba' ya convertida en icono de la salsa tras más de 60 años en el escenario o después de viajar por el son, la rumba o el bolero, ya fuera con La Sonora Matancera o con la Fania, con Tito Puente, con Chirino o más tarde con Johny Pacheco o Willie Colón, este último el arquitecto de la salsa urbana en el Bronx. Qué grande Celia Cruz en el centenario de su nacimiento. Y que raro que la efeméride no haya tenido más fuego, salvo el homenaje de Radio Gladys Palmera, el último panteón sonoro de la mejor música latina.

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Mercado del arte

Crisis innegable

«El arte no conoce la crisis». Este entusiasta titular reproducía el ambiente de euforia vivido la semana pasada por algunos grandes galeristas en la feria Art Basel Paris, donde las ventas de obras de Picasso, Modigliani, Giacometti y algunos más parecían conjurar la sensación de crisis que vive el mercado. Un mercado ciertamente asimétrico, con segmentos y autores o con países y hasta con coleccionistas diferentes. Por eso, que ciertos artistas o que ciertos compradores sigan empujando los precios en los segmentos más altos no quiere decir, ni mucho menos, que el mercado del arte global sea inmune a la incertidumbre económica o a la caída de la demanda en Asia. Incluso, en la misma Art Basel Paris uno de cada cinco galeristas declaró haber sufrido un descenso del 20% en sus ventas, algo que se suma a otros datos como el retroceso de un 23% en las ventas totales de Sotheby´s o de un 3% en las de Christie´s. En otras palabras, la crisis global es innegable, por mucho que algunas ventas millonarias la disimulen.

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