El Dios del metal solo tenía un temor
Rob Halford, el icono heavy que sobrevivió como gay «en un mundo de machotes», montará de nuevo en su Harley a sus 73 años
Con razón le llaman a Rob Halford (Birmingham, Inglaterra, 1951) el Dios del metal, pues sentó los cimientos del género en muchos aspectos. Pero es ... que, encima, con los años, y son muchos, 73 concretamente, ha adquirido el tradicional aspecto de deidad, un Zeus vestido de cuero, un Odín con septum, acaso Poseidón montando una Harley en vez de un hipocampo y haciendo cuernos con su mano. A esa edad, solo en octubre, por ejemplo, dará 15 conciertos, día sí, día no, de la gira de su último álbum 'Invincible Shield', el decimonoveno, que le trae este lunes al Bilbao Arena de Miribilla.
Aparecerá, como en cada show, conduciendo su moto, aunque en 1990, durante la gira de su disco 'Painkiller', se cayera en directo, rompiéndose la nariz y quedando inconsciente en el escenario. Se trata de un ritual que explica él mismo: «Estrenamos la canción 'Hell Bent For Leather' y estábamos en un club de Reino Unido, tocábamos en cualquier local en el que nos dejaran. Llegamos y había moteros aparcados y dije 'Sería genial si pudiéramos sacar una moto durante 'Hell Bent For Leather''. Hablé con un par de ellos. 'Usa la mía', dijo uno. Así que tenía la moto y tenía una chaqueta de cuero. Me puse la chaqueta y fue como una epifanía. Todo parecía estar conectado. Bajamos del escenario y dijimos: 'Ha pasado algo. Ahora tenemos el sonido, la sensación, todo se ha unido con esa moto'. Fue como un momento de 'La ley del silencio', con Marlon Brando. A los fans les encantó. Se pusieron como locos».
Está admitido que la de Halford es una de las mejores voces de la historia del heavy, del rock en general, en pugna con Ronnie James Dio, Freddie Mercury y Robert Plant. «Un hombre encantador y de humor irónico con una voz chillona de sirena de cuatro octavas», lo definió 'The Guardian' en una entrevista antigua. Él es la esencia que queda del Judas Priest más emblemático, tras la pérdida por el camino de varias piezas fundamentales, sobre todo los dos guitarras originales, que con sus duelos de riffs y junto a la voz son la esencia de la banda.

«De niños, yendo a la escuela –rememoraba Halford en aquella entrevista–, pasábamos por delante de unas fundiciones de metal y veíamos el metal fundido salir de los grandes tanques. Literalmente respirábamos los vapores de estas fábricas, respirábamos metal incluso antes de que se inventara el metal pesado. Estaba en la escuela intentando estudiar literatura inglesa y el aula temblaba por la maquinaria». Así las cosas, Halford no parecía tener escapatoria y acabó liderando una de las bandas más representativas del género.
¿Eres de Judas o de Iron Maiden? Era la pregunta en los 80, cuando el heavy vivía uno de sus momentos más álgidos. Y aún parece estar de moda, a la vista del éxito de los principales festivales de este estilo, como el Wacken alemán, el Hellfest francés o el Resurrection Fest de Viveiro, en Galicia, donde el miércoles pasado Judas Priest demostró ante un lleno absoluto por qué sigue siendo una referencia.

Halford se incorporó en 1973 al grupo formado cuatro años antes con otro cantante al que sustituyó, Al Atkins. La banda alcanzó la formación de sus tiempos más gloriosos cuando el guitarra KK Downing reclutó a su colega Glenn Tipton. El primero de ellos ya no está en plantilla por su mala relación con Halford, y el segundo, siendo miembro actual, permanece alejado de los escenarios por el párkinson que sufre, aunque si se encuentra razonablemente bien sube con la guitarra a tocar un par de temas. Incluso ha ayudado a componer el último disco (ha escrito 'Sons of Thunder' y 'Escape from Reality', y hace solos en la primera de ellas y en 'Vicious Circle'). Además de Halford, estarán el bajista original, Ian Hill, y los 'nuevos' miembros: el batería Scott Travis y los hachas Richie Faulkner y Andy Sneap, plenamente integrados en la maquinaria.
Sintetizadores
Los primeros álbumes de la banda consolidaron su característico sonido y la colocaron a la cabeza del género, sobre todo con el disco 'Bristish Steel' (1980), el que contiene 'Breaking The Law', su canción más conocida, hasta para los que no tienen ni idea de heavy. Luego llegó la trilogía ochentera 'Screaming for Vengeance' (1982), 'Defenders of the Faith' (1984) y 'Turbo' (1986), que introdujeron a la banda en el sonido de sintetizadores. Hasta que llegó el 'endurecimiento' registrado con otro de sus símbolos, 'Painkiller' (1990), que cumple 35 años y aportará varios temas al setlist de Bilbao. Con una veintena de discos y las versiones que en ocasiones incluyen en sus shows –Black Sabbath, Fleetwood Mac y hasta el 'We Are The Champions' de Queen– tienen un repertorio más que sobrado.

Pero al margen de tanto éxito y reconocimiento, el Dios del metal también padeció. Además de su evidente aportación musical, otorgó al género la estética de cuero y las tachuelas aún en boga, importada a medias de los clubes gays que visitaba y del look motero. Hasta que salió del armario, ese silencio de casi tres décadas le condujo incluso a un intento de suicidio con tranquilizantes. No debió ser fácil soportar su condición de referente planetario en un mundo tan masculino y masculinizado como el heavy metal. Sus representantes, conocedores de sus escapadas al igual que los miembros del grupo, le advirtieron: «Eres el cantante en una banda de heavy metal de fama mundial. Es un mundillo de machotes. Ten cuidado».

El cantante escribió en su autobiografía 'Confesiones' (2022), que incluye fotos actuales con su pareja, Thomas, cómo sufrió por aquella doble vida, patente en las letras de algunas de sus canciones sin que nadie entendiera las metáforas. «Solía quedarme despierto toda la noche –comparte él–, hecho un manojo de nervios, preguntándome: ¿Qué pasaría si saliera del armario? ¿Perderemos a todos nuestros fans? ¿Acabará esto con Judas Priest? Me asfixiaba, hundido en la cloaca del alcoholismo y la adicción».
«Durante años claustrofóbicos y angustiosos viví con la sensación de estar atrapado: era el cantante de una de las mayores bandas de heavy metal del mundo y, sin embargo, estaba demasiado asustado para admitir ante ese mismo mundo que era gay». Pese a que sufrió abusos en dos ocasiones, por un conocido de su padre y por un grupo de hombres que le drogaron para violarle, no destila resentimiento. «Hallé consuelo en bandas como Led Zeppelin. Gracias a los Zep y a la Virgen María, conservé la cordura».
Y llegó el momento de salir del armario, justo en una etapa en la que estaba fuera del grupo, pues ha causado bajas intermitentes para, entre otras cosas, lanzar su carrera en solitario con dos grupos suyos, Fight y 2wo. En 1998, en una entrevista a la MTV se confesó ante un entrevistador que no se lo esperaba: «Creo que la mayoría de la gente sabe que siempre he sido gay».
Liberación
Todos los temores que lo habían atenazado durante tanto tiempo se desvanecieron entre sus manos como el agua en una cesta, pues su parroquia, que ya se imaginaba de qué iba tanto cuero, aceptó sin problema su condición. Claro que aquello sucedió a finales de los 90, incluso Mercury había confesado no ya su homosexualidad, sino su enfermedad (murió de sida en 1991). Habría que ver lo que hubiera sido si Halford lo hubiera soltado en los 70.
Armando de Castro, guitarrista de Barón Rojo, que ha teloneado a Judas Priest varias veces, afirma que «era un secreto a voces. A nadie le supuso un contratiempo, aunque él sufriera cierto arrinconamiento por su condición, pues durante mucho tiempo el público heavy fue mayoritariamente masculino, y el género estaba asociado a la varonilidad. Sería una liberación airearlo sin complejo ni culpabilidad». Se conocieron en Ibiza en los 80 «y eran gente muy tratable y simpática». «Recuerdo que cuando tocamos juntos, Tipton dijo que por fin les ponían unos teloneros que merecían la pena». Reconoce Castro que Halford es una de las voces «emblemáticas del heavy metal y del rock and roll de toda la vida, y lo sigue siendo. Es un hombre que creó escuela y daba una gran personalidad a un grupo que sin duda ha sido un grupo trascendental en el panorama del rock».

La banda de Halford ha cumplido medio siglo, razón para que Tom Morello, guitarra de Rage Against The Machine, esté rodando el documental 'La balada de Judas Priest'. Dice el grupo: «Hemos vivido y respirado metal durante más de cinco décadas y por fin en este documental convocamos a nuestra congregación para que sea testigo de nuestras vidas sin censura. ¡La sotana cae revelando a Priest en toda su gloria metalera!». Y dice Morello: «Aunque algunos conozcan a Judas Priest por sus enormes éxitos, que han dado forma al género heavy metal, hay mucho más en su historia. Siguiendo su increíble viaje de 50 años, esta película capturará cómo Judas Priest definió el sonido y el aspecto del metal, pero también cómo lo convirtió en un lugar más inclusivo».
Set list del Resurrection Fest de Viveiro
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El miércoles pasado. 1. 'All Guns Blazing'. 2. 'Hell Patrol'. 3. 'You've Got Another Thing Comin'. 4. 'Freewheel Burning'. 5. 'Breaking the Law'. 6. 'A Touch of Evil'. 7. 'Night Crawler'. 8. 'Solar Angels'. 9. 'Gates of Hell'. 10. 'Battle Hymn'. 11. 'One Shot at Glory'. 12. 'The Serpent and the King'. 13. 'Between the Hammer and the Anvil'. 14. 'Giants in the Sky'. 15. 'Painkiller'. 16. 'The Hellion'. 17. 'Electric Eye'. 18. 'Hell Bent for Leather'. 19. 'Living After Midnight'.
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