Sin rodeos

Un contrapeso racional

Plataformas ·

Toda teoría falsa que se propague en la red debería incluir un aviso que priorice el rigor académico

Domingo, 6 de febrero 2022, 00:15

Malo que la desinformación y el negacionismo se amparen siempre en la libertad de expresión, encima con residencia compartida en las redes sociales y en ... el negocio del streaming musical, cauces bien idóneos para teorías infundadas y fantasías irracionales. Pero, ¿tenía que haber censurado antes Spotify al podcaster Joe Rogan por difundir informaciones falsas sobre la pandemia o incluso por extender sus peculiares teorías contra la emergencia climática? ¿Reaccionó solo Spotify cuando tras el boicot de Neil Young y Joni Mitchell perdió suscriptores y cayó su cotización en Bolsa?

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Bueno, la verdad es que para desacreditar una información falsa o engañosa la censura es mucho menos eficaz que los millones de memes que critican, despedazan y ridiculizan por la blogosfera las estupideces narcisistas de quienes diseminan sus teorías conspirativas a cuenta del Covid-19. Además, y dejando a salvo la persecución de los delitos, el carácter inabarcable del ciberespacio y la defensa de la libre expresión no hacen recomendable el establecimiento de censuras que además acaban publicitando el mensaje del negacionista o el desinformador.

Naturalmente, la reacción tardía de Spotify en forma de compromiso futuro para agregar un aviso de contenido a todo podcast que incluya una discusión sobre Covid-19 suena más a defensa comercial que a un verdadero acto de fe. Seguramente, pero ese es el camino a seguir. Es decir, toda teoría falsa o cualquier idea inmune a la evidencia científica que se propague a través de los cauces de una plataforma comercial de la red debería tener un aviso o un contrapeso racional y académico, donde habría que evitar la burla y la ridiculización para priorizar la divulgación rigurosa. Los memes y sus mordacidades son ya tan ilimitadas en el ciberespacio, como imposible su sometimiento a cualquier cordura o sensatez. Sirven para lo que sirven, para una cosa y la contraria, pero eso no impide que frente a ello o frente a la desinformación y el negacionismo las plataformas y sus responsables se comprometan en favor de una información verificable y acreditada.

Ópera

Frigerio: elegancia omnipresente

Esta semana el mundo de la escena se ha quedado sin la suprema elegancia estética de Ezio Frigerio, el legendario director artístico que murió a los 91 años dejando un magisterio con la poesía de sus decorados o incluso con esa visión integral de formas, colores, luces y espacios que aprendió joven pero privilegiado, de la mano del inolvidable Giorgio Strehler.

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Frigerio se ha hecho por eso inmortal en el recuerdo de su obra o en la influencia de su gusto escénico, algo tan evidente como para mantener en gira treinta y siete años la producción de 'Las bodas de Fígaro' que estrenó con Strehler. Sus trabajos para la ópera se han aplaudido en Madrid, Barcelona y Bilbao, donde aún se recuerda su notable concepción para 'Turandot' en 2014, con la dirección escénica de Nuria Espert y el vestuario de Franca Squarcapino, su compañera vital y cómplice en esa elegancia escénica omnipresente.

Museos

Más sostenibles

Por lo que se ve la urgencia climática compete plenamente a los museos. Y no solo en cuanto a unas prácticas internas más sostenibles, sino también en su estrategia de comercialización expositiva. Si tenemos en cuenta que el mayor papel de los grandes museos en las emisiones de gases invernadero se produce por el viaje de visitantes internacionales, la pregunta es cómo conciliar la misión pública de estos centros con su obligación ante la emergencia climática. Este interrogante ha sido objeto de un debate en la ciudad de Lille, con la presencia de los responsables de los principales museos franceses. Entre las soluciones planteadas están las muestras más reducidas y de duración más extensa que eviten desplazamientos masivos, las escenografías reciclables y el abandono del modelo que apuesta por el crecimiento constante de visitantes. Quizás sea necesario todo esto, pero también supone un problema para el turismo, para las ciudades y para la financiación de los museos.

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