Consonni será la editora artística en 2022 del mítico catálogo de la Documenta de Kassel
La editorial vasca coordinará también un proyecto literario internacional de la muestra de arte alemana
Entre los libros más consultados de la babélica estantería de la historia del arte, se encuentran los catálogos de la Documenta de Kassel (Alemania). Al ... menos desde la edición de 1972, comisariada por Harald Szeeman, la muestra quinquenal ha recogido lo más relevante y arriesgado del panorama artístico internacional, y por lo mismo ha servido de foto de la época y guía para los siguientes años.
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Las performances y los happenings, hoy de sobra conocidos, marcaron aquella edición, polémica como todas. Diez años más tarde, Rudi Fuchs encumbraba la transvanguardia de Anselm Kiefer y Georg Baselitz, piezas fundamentales de la colección del Guggenheim Bilbao. En la Documenta de 1997, Catherine David abrió la cita a la multiculturalidad, a la fotografía y al medio digital. La suma de las tres sintetiza lo que ha pasado en el último medio siglo.
Los comisarios de la cita global se reunieron con el equipo vasco en su local de Bilbao La Vieja
El siguiente capítulo ya se está escribiendo, en parte desde las oficinas de Consonni, la editorial de cultura crítica situada en la calle Cortes del barrio bilbaíno de San Francisco, hoy también llamado Bilbao La Vieja. Hasta allí se desplazó el colectivo de artistas indonesios ruangrupa, comisarios de la Documenta 15, que comenzará el 18 de junio de 2022.
Hablaron, sintonizaron y planificaron. Consonni se encargará de la coordinación artística del mítico catálogo junto a un equipo de la muestra alemana, y también editará un libro de ficción literaria en colaboración con editoriales independientes internacionales. El trabajo en común como tema y como práctica: de eso trata la Documenta del año que viene, recogidos por Consonni en su tarea para la muestra. Y seguramente esa será una de las líneas del arte para un futuro que ya está aquí, el de las comunidades de artistas creando para la comunidad, como atestiguará el catálogo del que habrá que echar mano una y otra vez.
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Lumbung, auzolan
El contacto se produjo gracias al programa Zabal del Instituto Etxepare, que invita a profesionales del arte contemporáneo a visitar el País Vasco con el fin de entablar una relación directa con artistas locales y explorar posibles colaboraciones. Para llevar a cabo la iniciativa, el Etxepare cuenta con la colaboración de Artingenium, la oficina de arte liderada por Lourdes Fernández.
Los comisarios de la Documenta explicaron en el Bellas Artes de Bilbao, en febrero de 2020, los ejes de la próxima muestra alemana y también contactó con 15 agentes culturales del País Vasco, entre ellos Consonni.
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El concepto que ha propuesto ruangrupa para la Documenta es el del 'lumbung', un sistema de recogida y almacenamiento colectivo de arroz, utilizado frecuentemente en comunidades indonesias, para disponer en el futuro de estos granos de arroz como recurso compartido. «Se correspondería con el euskera 'auzolan', y además tiene unas connotaciones de generosidad, de sentido del humor, de transparencia y de cuidado lo local», explica María Mur Dean, directora de Consonni.
Versará sobre el trabajo en común, la generosidad, el sentido del humor y la transparencia
Cuando también les propusieron producir una publicación sobre el propio concepto de 'lumbung', pensaron en que la ficción en vez del ensayo y en aplicar el trabajo colectivo a la elaboración del proyecto. «Contactamos con otras editoriales independientes de otros países para compartir y descentralizar la tarea. Y lo publicaremos en varios idiomas, hegemónicos como el inglés o el español, pero también en otros no hegemónicos como el indonesio o el euskera», agrega.
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Para Consonni, la envergadura de los dos proyectos es un «reto», más aún cuando las fechas apremian. Pero la editora y productora cultural recuerda que en diciembre cumplen 25 años. Es uno de esos regalos merecidos. «Estamos aprendiendo mucho con el contacto con otras editoriales independientes y conociendo los textos de sus autores. Todo nos va a servir para después de la Documenta», incide.
En su visita, el colectivo ruangrupa vio en Consonni una productora que se alineaba con sus intenciones. «Queremos crear una plataforma de arte y cultura multidisciplinar con orientación global y cooperativa, que vaya a tener continuidad más allá de los 100 días que dure la Documenta», explican los indonesios.
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Este grupo, constituido en el año 2000, desarrollan proyectos en los que el arte se articula con la economía, la política o la tecnología. Han participado en las bienales de Gwangju, Estambul, Singapur y São Paulo, y han mostrado su trabajo en el Pompidou de París.
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