El confinamiento voluntario y creativo de Emily Dickinson
El veterano Juan Pastor y su hija María traen a Pabellón 6 su versión personal de 'La dama de blanco', retrato poético de una autora rebelde y eterna
Emily Dickinson se adueñará de Pabellón 6 este fin de semana con la fuerza que siempre ha tenido su poesía y la clarividencia que alcanzan ... los espíritus. En 'La dama de blanco' «es un fantasma de 192 años que se cuela en la sala y nos invita a reflexionar con ella a través de las pequeñas cosas», explica María Pastor, la actriz que la devuelve a la vida. La obra de William Luce ha pasado por el tamiz de la compañía Guindalera y por la experiencia de la propia intérprete durante el confinamiento.
De Dickinson (1830-1886) siempre se recuerda que pasó los quince últimos años de su vida encerrada en su habitación. Vestida casi siempre de blanco, escribía cartas y versos que guardaba para sí. De sus 1.800 poemas publicó en vida apenas cinco y fue su hermana Lavinia quien rescató un legado que es historia de la literatura. En los últimos años, se ha convertido además en un estandarte del feminismo.
Algunas de sus frases inspiran lemas y pancartas, pero ella sigue rodeada de misterio. «Se le da excesiva importancia a si era o no lesbiana, a por qué no publicaba, a su salud...», enumera la actriz. Lo que a ella le fascina es «su fortaleza y su sensibilidad sobrenatural. Encerrada en su habitación, era capaz de elevarse y llegar a la esencia del alma humana». Después de meterse en su piel la ve «como una mujer completamente vital y rebelde que se niega a aceptar las normas del sistema. No quiere pasar por el aro, ni que le cambien una coma».
Volvió a acercarse a su obra durante el confinamiento, mientras vivía «una especie de duelo» por el fin de una etapa con Guindalera, el teatro que abrieron sus padres en Madrid y donde ella ha forjado parte de su trayectoria. Crearon un estilo personal y una comunidad entre artistas y espectadores, que compartían un licor de guindas tras la función. Pero después de veinte años, «tras reinventarnos muchas veces y agotados por la falta de apoyo institucional», decidieron cerrar la sala y constituirse en compañía de repertorio.
Con sentido del humor
Es Juan Pastor –una referencia en la profesión con cinco décadas de experiencia como actor, director y maestro de intérpretes– quien la dirige en 'La dama de blanco'. Recrean el confinamiento voluntario de la artista –«porque el choque con la vida era muy duro para una mujer tan adelantada a su época»– con un monólogo que plantea reflexiones «de forma muy llana y con un gran sentido del humor». La rodea un espacio escénico «instalado en la eternidad». Sillas suspendidas en el aire, un reloj parado y la naturaleza que a ella tanto le apasionaba.
Padre e hija saben bien lo que es formar equipo. Ella vive el oficio «como algo natural, porque nací y crecí dentro de un teatro». Para él, «trabajar con alguien tan cercano siempre trae problemas pero también da resultados maravillosos, porque sabemos dónde están los resortes». Mantienen un vínculo especial con Euskadi, ya que Pastor ayudó a crear la primera escuela profesional de teatro en San Sebastián. «Fue una experiencia maravillosa, incluso me puse la tarea imposible de aprender euskera», cuenta.
En Pabellón 6, un proyecto que han seguido de cerca desde el principio, «cuando nos trajeron los planos a Guindalera», impartirá el sábado una clase magistral sobre cómo iniciar un proceso creativo. Pastor ve en la gente joven «un gran deseo de cambiar las cosas que choca con una realidad hostil. En España hay un gran problema de educación, no solo de los que nos dedicamos a esto sino del público. La sensibilidad es lo primero que se tiene que educar, y la palabra cultura apenas se escucha en los debates».
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