«Es como si 'Aquí no hay quien viva' la dirigiese Hitchcock»
'La comunidad'. 25 años después, la película de Álex de la Iglesia vuelve a los cines convertida en un clásico del terror y el humor negro
Hace 25 años, Álex de la Iglesia encerró a Carmen Maura en un edificio madrileño habitado por vecinos dispuestos a matar por una maleta. ¿Su ... contenido? 300 millones de pesetas, aunque todos juraban que eran 500: «Son trescientos, los he contado». Julia García, una agente inmobiliaria con más frustraciones que ventas, llega a enseñar un céntrico apartamento y de repente se topa con un muerto, un piso lleno de basura y una fortuna escondida bajo una baldosa. Huir con el dinero parecía lo más lógico, pero una jauría vecinal organizada, siniestra y liderada por un terrorífico administrador, convertirá el edificio en una trampa mortal.
Millón y medio de espectadores acudieron entonces a las salas para disfrutar de aquel tenso «delirio urbano». Álex de la Iglesia celebra ahora el 25 aniversario de 'La comunidad' con una restaurada versión en 4K por Avalón que aterriza hoy en los cines. Un reencuentro con el filme que «a pesar de no incluir ningún elemento sobrenatural en la trama, toca en muchos momentos el género del terror, porque el terror no es una cosa fantástica y extraña, sino que se nutre de lo que nos rodea», decía el director sobre el título, que se estrenó en el año 2000 en el Zinemaldia.
Vuelve a las pantallas vizcaínas -Cinesa Zubiarte, Max Ocio y Social Antzokia de Basauri- la temible vecindad de la carrera de San Jerónimo 14. Carmen Maura obtuvo en San Sebastián la Concha de Plata a la Mejor Actriz por un papel expresamente escrito para ella. «Al principio, el protagonista sería un hombre, que interpretaría Pepón Nieto», pero Álex y su coguionista, Jorge Guerricaechevarría, se dieron cuenta de que «el argumento tenía más fuerza si era con una mujer».
El síndrome de Diógenes y «la obsesión de Guerricaechevarría con que una manada de vecinos persiguiese a una presa» originó uno de los guiones más caóticos de la historia del cine español. «Faltaba un elemento material, algo por lo que todos los personajes luchasen, y de ahí nace la historia de la quiniela premiada y los fajos de billetes guardados en una maleta». Así se fraguó la cuarta colaboración entre el realizador y el productor Andrés Vicente Gómez tras 'El día de la bestia', 'Perdita Durango' y 'Muertos de risa'. «Es una película diferente a las anteriores. Por un lado, me ha permitido trabajar más a fondo con actores clásicos que siempre he admirado y, por otro, desarrollar una historia muy retorcida en un escenario muy reducido. Son dos cosas que me apetecía experimentar», contaba De la Iglesia.
Entre mirillas, puertas y escaleras, una comunidad, inspirada en 'La semilla del diablo' de Polanski, formada por actores de renombre. Emilio Gutiérrez Caba, como líder, brilló en escenas grupales y en un soliloquio que le valieron el Goya a mejor actor de reparto. El resto del elenco, un séquito de referentes: Terele Pávez, Enríque Villén, Kiti Mánver, Marta Fernández-Muro, Manuel Tejada y Eduardo Gómez, entre otros. «No quise que se perdiera nada de su trabajo. En esta película se lucen ellos, no yo», dice orgulloso el realizador.
«Fue algo impresionante», recuerda la actriz Ane Gabarain, que interpretaba a la sumisa mujer de Sancho Gracia en la descabellada trama. «Había hecho muy poco cine hasta entonces, era una de mis primeras películas y fue un regalo maravilloso», cuenta la donostiarra, de la que De la Iglesia se declaró fiel admirador: «Es una actriz que me vuelve loco. Es el colmo de la fragilidad, pero la hemos obligado a estar casada con la gran bestia parda de Sancho». Aunque Gabarain cree que también Telmo Esnal, ayudante de dirección de 'La comunidad' y fugaz cameo como basurero apresurado, tuvo algo que ver en que fuese una de las vecinas.
El edificio
«El rodaje fue muy divertido y el trato con Álex, maravilloso. Dibuja estupendamente y creo que me hizo uno», rememora la actriz, cuya frase estrella entre el trasiego de rellanos fue: «Tranquila mujer, si charlando se entiende la gente». Sollozaba para no ser amenazada por el cuchillo que empuñaba Maura. Vistió tétrica, de estar por casa, «pero verme allí rodeada de Terele Pávez, de Eduardo Gómez, de Marta Fernández-Muro, de Emilio Gutiérrez Caba... a todos les había visto yo de pequeña, en 'Estudio 1'. Fue un regalazo», menciona. «Fue una película coral y todos hicimos una gran piña. Como sucede en todos los rodajes, acabamos muy unidos», dice la actriz que interpretó a la temerosa Karina.
Especial recuerdo tiene de María Asquerino, a la que todos mimaron mucho durante las doce semanas que duró la grabación, que transcurrió tanto en plena carrera de San Jerónimo como en la calle Alcalá y en sus altos. Se reconstruyeron réplicas exactas de algunos altos, «pero, por suerte, había especialistas, aunque la altura impresionaba», explica.
Para José Luis Arrizabalaga, 'Arri', director de arte habitual en la filmografía de Álex de la Iglesia, 'La comunidad' fue «una locura fascinante desde el principio». Su relación va más allá de los profesional: se conocen desde hace décadas. «Vivíamos en el mismo edificio en Bilbao. 'Biafra' y yo abajo, y Álex y Jorge Guerricaechevarría arriba. Sabíamos de los proyectos mucho antes de que se financiasen. Leíamos los guiones, los hablábamos en los bares...», recuerda. El trabajo artístico fue titánico. «Construimos en plató la casa de Julia, dos plantas del edificio, el ascensor de madera -que funcionaba de verdad- un día cayó de repente. Replicamos también en decorado el piso del personaje con síndrome de Diógenes para poder inundarlo en la escena inicial, justo antes de los créditos. Fue brutal, pero planificado. Álex sabía perfectamente qué plano quería y cómo se debía construir el decorado para hacerlo posible».
Del rodaje, que se alargó más de doce semanas, 'Arri' rememora un tiempo de cine, porque «entonces se trabajaba con tiempo, no como hacemos ahora». 25 años después, para el director de arte la película puede «perfectamente conectar con el público joven, sobre todo por su ritmo. Álex tiene una manera de narrar que es muy vertiginosa, muy picada, con un montaje que no te suelta. Eso sigue funcionando», asegura. Pone de ejemplo a su hijo adolescente, que, pese a que ha pasado el tiempo, «sigue enganchado a 'Aquí no hay quien viva', que nace del universo de 'La comunidad'. Álex fue el primero que retrató con tanta intensidad ese infierno cotidiano de la vecindad que, a su vez, bebía de '13, Rúe del Percebe' -el tebeo de Ibáñez- pasado por un triturador». «Es como si Hitchcock hubiese dirigido 'Aquí no hay quien viva'», concluye Ane Gabarain.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión