La película vasca más vista de todos los tiempos ya tiene secuela en Netflix
El director bilbaíno Galder Gaztelu-Urrutia estrenará 'El Hoyo 2' el 4 de octubre en la plataforma tras su paso por el Festival de San Sebastián
La película vasca más vista de todos los tiempos superó los 83 millones de visualizaciones en Netflix en sus primeros tres meses, sin contar los mercados asiáticos. No está mal para una producción independiente, que se rodó en 2019 en un único escenario: un gigantesco hangar de Zorroza que en pocos años será un hub audiovisual del nuevo Bilbao. 'El Hoyo' era una fábula intrigante con elementos mínimos. Apenas dos actores en una ¿prisión? en la que la comida desciende diariamente en una plataforma.Los de los pisos más altos se sacian, pero los de abajo encuentran los platos vacíos.
La ópera prima del bilbaíno Galder Gaztelu-Urrutia era una distopía futurista y una metáfora de la lucha de clases que arrasó en el Festival de Sitges al hacerse con los premios de mejor película, dirección novel, efectos especiales y el del público. Pasó por los cines en noviembre de 2019 como una exhalación: 40.000 espectadores y 228.000 euros, según datos del Ministerio de Cultura. Parecía llamada al olvido hasta que Netflix la estrenó en marzo de 2020, cuando el mundo estaba confinado por el covid. 'The Platform' ('La plataforma', su título internacional) se convirtió en la película de la pandemia.
No resulta difícil de entender qué vio el planeta en esta fábula «cuya furia recuerda a las obras de teatro de Samuel Beckett», alabó 'Variety'. Gente encerrada, personajes que se sacrifican por otros, pulsiones básicas como la necesidad de alimentarse... En efecto, 'El hoyo' nació como una obra de teatro escrita por David Desola y Pedro Rivero que nadie quiso representar y que el productor Carlos Juárez se atrevió a filmar. Hasta M. Night Shyamalan se interesó por el remake de una cinta que ahora conoce una secuela de la mano de sus autores y que se estrena directamente en Netflix el 4 de octubre.
Tiene gracias que 'El Hoyo 2' se haya programado en la sección Culinary Zinema, que acostumbra a mostrar exquisiteces gastronómicas en pantalla. Aquí los dos protagonistas principales devoran como cerdos el mismo menú diario que desciende en la plataforma: él pizza, ella croquetas. Un desfigurado, rapado y obeso Hovik Keuchkerian de rostro redondo como una luna llena y Milena Smit en la piel de una brava heroína llevan el peso interpretativo en una historia que transcurre en el mismo escenario, pero que resulta mucho más salvaje, violenta y gore que la primera. «Es una violencia de cómic, asumible, no dolorosa», apunta su autor. «Te tienes que tomar en serio las conclusiones que sacas tras ver la película, no la propia película».
Incentivos fiscales
«'El Hoyo' no la quería al principio ningún festival, hasta que ganamos en Toronto y Sitges. En salas no fue ni dios a verla, la media de una película vasca», recuerda Galder Gaztelu-Urrutia. «Nuestra capacidad de hacer ruido era muy limitada. Gracias a Netflix la vio todo el mundo, supongo que porque hablaba de cierta manera de la pandemia. También porque como no se podía hacer ninguna otra cosa, la gente veía todo lo que había en las plataformas. Y, oye, que la peli estaba muy bien y gustó».
Su secuela añade más información al universo y las reglas establecidas hace cinco años. Existen 333 niveles en el Hoyo, una pesadilla de hormigón y luz fluorescente concebida por 'El Maestro' y regida sin piedad por 'La Administración'. Cada huésped/recluso solo puede comer el plato que ha elegido. Cuánto más alto se esté, más comida y mayor responsabilidad con los de abajo. Un líder rebelde al que han sacado los ojos (irreconocible Óscar Jaenada) iniciará una rebelión. ¿Es posible una justicia social en medio del caos?
Zorion Eguileor, Antonia San Juan e Ivan Massagué, que estaban en el original, vuelven a aparecer en 'El Hoyo 2', donde tiene un papel destacado Natalia Tena. El rodaje tuvo lugar en un pabellón del BEC, en el que se reprodujeron tres pisos del Hoyo gracias a la altura de 18 metros. Gaztelu-Urrutia reconoce que hacen falta estudios en Bizkaia. «Los nuevos incentivos fiscales van a a atraer muchos rodajes. Todo el mundo vendrá si hay dinero, pero hacen falta medios y espacios para rodar».
De las dos entregas se deduce que «todavía no hemos encontrado el camino para organizarnos», concluye Gaztelu-Urrutia. «Me paso el día culpando a los de arriba, pero me asomo al hoyo y veo que hay bastantes más niveles por debajo. Está claro que cuando más arriba, más responsabilidad», reflexiona el director, que en unos días presentará en Sitges 'Rich Flu', su primer largo en inglés con estrellas internacionales como Mary Elizabeth Winstead, Timothy Spall y Lorraine Bracco. Otra fábula en la que un virus afecta solo a los más ricos y poderosos. «Me interesan las paradojas sociales, y deshacerte de lo que tienes para salvarte da pie a un berenjenal», adelanta el bilbaíno, al que le gustaría rodar alguna vez en euskera, «que es mi idioma y el único que hablo bien».
