«Veo a la juventud triste y muy insatisfecha»

- ¿Es lo más desgarrador que le ha tocado interpretar?

- Bueno, yo he hecho ya de todo en esta vida, je, je... Pero con Claudia he tenido que poner toda la carne en el asador para entrar en ese mundo oscuro de ella. Es una mujer que deja la medicación y eso la desquicia.

- ¿Está en las antípodas de su manera de ser, tan luminosa y alegre?

- También tengo mis momentos de bajón y mis problemas. Una cosa es lo que se ve de cara a la galería y otra, el día a día. No todo en la vida son lentejuelas. Pero intento tirar hacia adelante y verle el lado positivo. A veces me cuesta, ¿eh? Claudia ante todo es valiente porque ella quiere salir de ese pozo y va a un médico.

- A que le cure la depresión.

- Sí, y eso es importante, sobre todo ahora que la pandemia está generando tantos problemas psicológicos. Negarlo es de cobardes. Hay que normalizar las enfermedades mentales como el que va al doctor porque se ha hecho un esguince.

- ¿Se explica el alto nivel de suicidios entre los jóvenes?

- Yo creo que tiene que ver con las redes sociales. La tecnología ha deshumanizado nuestra manera de relacionarnos. Al final nos tendremos que adaptar a este Matrix, pero de momento el ser humano no es capaz de asimilarlo. La juventud está muy insatisfecha, triste, ve el futuro con miedo. Y un joven sin ilusión... ¿Eso cómo te lo comes? En mi juventud, el futuro era ilusionante. Y ahora es un horror. Nadie se quiere independizar porque no se puede pagar un apartamento. Es tristísimo.

- ¿Preferiría que sus hijos se fueran pronto de casa?

- No, ja, ja, ja... En eso soy madre latina. A mí me gustaría que se pillaran un apartamento a cien metros de la casa de su madre, y que estemos todos cerca.

- ¿Intenta que sus niños no estén pegados a las pantallas?

- Totalmente. Pero es una batalla perdida. El móvil ya es un apéndice de tu cuerpo. En casa tenemos esa guerra de 'deja el teléfono que ya llevas un rato', 'no se come con el móvil en la mesa'...

- Su hija Ava está muy encarrilada en el mundo de la interpretación y solo tiene doce años.

- Tuvo la oportunidad de hacer una serie el verano pasado y disfrutó mucho. Es normal que de tres hijos que tengo a uno le dé por este mundo. Ven a mamá haciendo películas, porque yo los he llevado mucho a los rodajes.

- ¿Y no le preocupa que empiece tan pronto?

- No, porque ella no se dedica a esto al cien por cien. No es una niña actriz. Las dos cositas que ha hecho las ha hecho en sus vacaciones de verano. Ahora su principal preocupación son los estudios. Actuar se le da bien, le gusta, ha hecho amigos... Y si lo puede compaginar, por qué no, es precioso, se aprende mucho y es muy divertido. Qué voy a decir yo de mi profesión, si es lo que más amo en el mundo.

- ¿Usted cómo se lleva con las redes?

- Para mí son una herramienta de trabajo, lo tengo todo muy limitado. Pero no soporto que se permita tanta agresividad, que alguien pueda decir lo que le dé la gana con total impunidad. Yo a esos los borro de mi canal. Igual que cuando llegas a una edad empiezas a quitarte de tu lado a la gente tóxica, pues en las redes también.

- No hemos salido mejores de la pandemia...

- Nooooo, para nada. Hubo un momento muy bonito. Pensamos que todos estábamos luchando contra un enemigo común y eso nos unió. Pero duró un instante. Negarte a la vacuna es una postura tan egoísta... Sin embargo, yo estoy muy orgullosa de mi país porque aquí la mayoría de la gente se ha vacunado, no como en Estados Unidos.