Crítica de '20.000 especies de abejas' (2023): Niño o niña
Mikel G. Gurpegui
Sábado, 22 de abril 2023, 19:05
Si todavía no lo han hecho, ustedes saben que tienen que ir a ver la película inaugural del Festival de Cine y Derechos Humanos de Donostia. La que hizo que el jurado de Berlín premiara a su protagonista de nueve años (mal está ensalzar a niños como si fueran intérpretes profesionales, pero se comprende que el encanto y expresividad de Sofía Otero les engatusase). La que arrasó en Málaga (Biznaga de Oro y galardón para Patricia López Arnaiz, aunque viéndola batirse el cobre como madre confusa y estresada que la considerasen actriz de reparto clama al cielo).
20.000 especies de abejas
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España. 2023. 129 m. Drama
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Dirección y guion: Estíbaliz Urresola Solaguren.
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Intérpretes: Sofía Otero, Patricia López Arnaiz, Ane Gabaraín, Itziar Lazkano.
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Fotografía: Gina Ferrer.
Ustedes tienen que ver '20.000 especies de abejas', porque es un lujo que sigan saliendo nuevas directoras, como la bilbaína Estíbaliz Urresola, capaces de ofrecer un cine tan rico en su primer largometraje. Por la naturalidad, inteligencia y sensibilidad con que se acerca, sí, a la onda expansiva en su mundo, nuestro pequeño mundo, que provoca un niño llamado Aitor, que se presentará a los chavales del pueblo materno como Coco, luego dirá con tristeza que «yo no tengo nombre» y acabará teniendo claro que se llama Lucía, como la santa, sí.
Si necesitan más motivos para no perdérsela, les apuntaremos que en esta obra tan femenina en su equipo y en su mirada sentirán la frescura de un baño iniciático en el río, el apuro en un retrete, la serenidad de la ancestral solidaridad entre mujeres y abejas que tan bien personifica Ane Gabarain como tía abuela, la emoción de esos gritos llamando a Aitor/Lucía cuando desaparece...
Como ustedes van a ver, no dejen de hacerlo, '20.000 especies de abejas', anotaremos que nada es perfecto y acaso desatienda a sus personajes más cerrados (el padre, la abuela) y tal vez pierda algo de su fuerza cuando los espectadores vemos desde el primer fotograma a una niña y los personajes tardan en dejar de ver a un niño.