Igor Legarreta: «La tierra en Euskadi expulsa esqueletos y armas»
Director de cine ·
El realizador de Leioa estrena ‘Cuando dejes de quererme’, una intriga sobre «la imposibilidad de cortar con el pasado» en la que afloran ETA y la Guardia Civil‘Cuando dejes de quererme’ arranca con el descubrimiento de un cadáver enterrado en el bosque junto a un depósito de armas de ETA. La ... hija de ese hombre ha pensado toda su vida que desapareció sin más, abandonando a la familia. Así que viaja desde Argentina a Durango para desentrañar su pasado. Igor Legarreta (Leioa, 1973) salta al largometraje después de curtirse como cortometrajista y director de segunda unidad con un drama familiar que por el mismo precio ofrece intriga y una historia de amor. Flor Torrente, Eduardo Blanco, Miki Esparbé y Eneko Sagardoy -Goya al actor revelación por ‘Handia’- protagonizan una cinta que EL CORREO preestrenó ayer en Bilbao, una semana antes de su estreno en salas.
- Debuta con una película compleja, que transcurre a lo largo de tres épocas y se rodó en dos continentes.
- El tono también es un factor de riesgo, contiene misterio, amor y humor. Cocinar esos tres ingredientes era un reto. He intentado apostar por la sobriedad y la contención.
- No le gustaría que se contemplara como una película política, pero en la trama aparece una incipiente ETA en 1967 y la Guardia Civil.
- Me parece una virtud poder utilizar a ETA en un ‘thriller’, una señal de salud. Todos los hechos están ficcionados. Son los albores de ETA, cuando aún no ha matado o está a punto de hacerlo. Aún no ha asesinado a Pardines ni a Melitón Manzanas. Y presentamos un grupúsculo de guardias civiles corruptos. Pero lo importante es el trasfondo sociopolítico.
«Nuestro inspector, que es como el sheriff de Durango, liga poco, que es una cosa muy vasca»
«Soy de una generación de directores que no sabemos si llegaremos a hacer cinco películas»
- Las imágenes con peso simbólico.
- Sí. El primer plano que aparece de Euskadi es la cantera donde muere el padre, un lugar donde han arrancado la tierra. Después vemos unas manos que sacan armas de un agujero en un suelo, una imagen extraña y terrible pero a la vez muy familiar para nosotros. La tierra en Euskadi expulsa esqueletos y armas. No es una película política porque no pretende reconstruir unos hechos que expliquen el conflicto vasco.
Sin «aversión»
- Muestra unos ertzainas no muy simpáticos...
- No es aversión al cuerpo, ja, ja. Desde la propia Ertzaintza me dijeron que conocían el perfil del personaje, que es como el sheriff de Durango. La película se aleja de la investigación sofisticada; nuestro inspector liga poco, que es una cosa muy vasca, y mete fichas a la chica guapa que ha venido de Argentina.
- El filme defiende que hay que aclarar el pasado para vivir el presente.
-Desliza algo tan nuestro como que no podemos permitirnos cortar con el pasado.
- Una película española lo tiene complicado sin el respaldo de Tele 5 y Antena 3.
- Sí. La gente ya no va a las salas, no hay un relevo generacional. Los más jóvenes solo van al cine a golpe de evento. Mis amigos empiezan a tener ganas de ver la peli ahora que oyen hablar de ella. Ya lo escuchaba de niño: «La anuncian por todas partes, así que tiene que ser buena».
- Debuta en el largo con 44 años.
- Me siento igual de nervioso que si tuviera veinte. Ahora que el cine hace tantos gestos para reivindicar la presencia de la mujer, que me parece estupendo, yo no puedo decir que lo haya tenido fácil. Lo peor es que el siguiente proyecto no está hecho.
- ¿Se siente parte de una nueva generación de directores vascos?
- Me siento parte por cercanía, porque son amigos. Cuando todos empezamos a hacer cortos en los 90, la industria del cine era distinta. Era normal que un director encadenase una película tras otra. Yo formo parte de una generación de directores que no sabemos si llegaremos a hacer cinco películas. El chiste ahora es a ver si ruedas tres pelis y te hacen una retrospectiva.
- ¿Qué sintió con los diez Goyas de ‘Handia’?
- Me alegré mucho por la película, que me gusta mucho, y me dio pena que no se llevara los Goya de película y dirección. Es un espaldarazo para gente con mucho talento.
- ¿Y para el cine vasco?
- Sí, aunque es complicado esto de las etiquetas. Álex de la Iglesia lleva ahí eternamente y entiendo que es cine vasco. Los directores de ‘Handia’ han conseguido que deje de ser cine en euskera, es cine a secas. Las películas se defienden solas y lo de menos es el idioma del rodaje. Han normalizado el cine en euskera.
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