La huelga de actores deja en el aire dos Premios Donostia y buena parte del glamur del Zinemaldia

La huelga, que arrancó el pasado día 13, no tiene visos de solucionarse antes del otoño, ya que la intención del sindicato convocante, SAG-AFTRA, que cuenta con 160.000 miembros, es vaciar de contenidos tanto plataformas de televisión como salas de cine para redoblar su presión. Y esa falta de nuevos títulos no se dejará notar hasta después del verano. Con su decisión, los actores se sumaron a los 112.00 guionistas en huelga desde el 2 de mayo, en la primera protesta conjunta de estos dos sectores en 63 años.

El director del Festival de Cine de San Sebastián, José Luis Rebordinos, se toma toda esta sucesión de contratiempos con la filosofía que requieren los problemas cuya solución excede sus competencias. En el caso del Zinemaldia, la incidencia repercutirá especialente en la presencia de invitados y en concreto en los Premios Donostia, y menos en la programación de películas. «La huelga afectará sobre todo al glamur. Teníamos confirmada como segundo Premio Donostia a una importante actriz norteamericana,pero de momento está parado. ¿Hemos tirado la toalla? No: seguimos moviendo teclas».

«Este año la situación es muy complicada porque una huelga de actores paraliza la presencia de muchos intérpretes en San Sebastián y porque este año estaban previstos muchos invitados estadounidenses: desde estrellas o otros menos conocidos, pero muy interesantes desde el punto de vista cinematográfico». Con todo, reconoce Rebordinos, «lo peor es la incertidumbre porque no sabemos cómo va a evolucionar», señala.

Así las cosas y dada la cantidad de intérpretes europeos que han trabajado en series o películas estadounidenses, con la consiguiente sindicación al SAG, la lista de posibles invitados que no podrán promocionar sus películas hasta la desconvocatoria de la protesta se antoja interminable. «A día de hoy no podemos confirmar que Javier Bardem pueda recibir el premio y un segundo que íbamos a anunciar en diez días, tampoco». Si finalmente el actor no puede acudir a Donostia el próximo mes de septiembre, «se lo entregaríamos el año que viene porque el premio está concedido». En este punto, admite que un final de la huelga antes del 22 de septiembre «parece difícil porque todos nuestros contactos en Hollywood nos dicen que es muy probable que dure hasta diciembre como mínimo, aunque nunca se sabe. Por de pronto, 'Dune' ya se ha retrasado al año que viene». Hay un tercer Premio Donostia, europeo, está todo lo confirmado que puede estar el galardón a falta de dos meses para su inicio.

En cuanto a la composición de los jurados, el de la Sección Oficial «va bien pero la presidenta iba a ser una mujer estadounidense y en este momento no va a poder estar, si no cambia la situación. Todo está un poquito en el aire, pero bueno, son pequeñas cosas que iremos cerrando. Si no puede tener una presidenta tan espectacular como queríamos, con una norteamericana, será con una europea, quizás con menos glamur, pero igual de interesante».

Recalca Rebordinos que la situación es cambiante de un día para otro. «Hace una semana se había caído todo y no iba a venir nadie de los norteamericanos que teníamos previstos, pero ahora parece que el sindicato empieza a conceder algunos permisos a ciertas películas independientes; es decir, la impresión es que la huelga va contra los estudios y las plataformas».

¿Se buscaría paliar este déficit de invitados con grandes nombres del cine español, tal y como ya hubo que hacer en 2001 tras el 11-S? «No lo sé, normalmente tenemos una gran presencia de cine español y este año intentaríamos intensificarla todo lo posible, igual que la europea de los no adscritos a SAG. Pero, aunque no hubiera huelga, la presencia española ya estaba previsto que fuera muy grande. Va a ser un festival con glamur, pero un glamur más europeo y español si no podemos optar a las actrices y actores norteamericanos».

En cualquier caso, el director del Zinemaldia considera que «el festival no se acaba por la presencia o no de actores y actrices norteamericanos, que son muy importantes para la promoción, pero sus películas van a seguir estando en el certamen, con la excepción de «alguna que iba a estar aquí probablemente, ha decidido retrasar su estreno al año que viene y se saltan los festivales de otoño. Algo sí nos afecta en cuanto al tipo de películas», admite, antes de aclarar que «el resto de cinematografías del mundo estarán con toda normalidad».

Tampoco la Mostra de Venecia, que se celebra en septiembre, es ajena a estos contratiempos, que «nos tramisten una gran preocupación. Desde el punto de vista del glamur, Venecia se ha convertido en un festival muy importante para la presentación de películas que luego iban a los Oscar, con grandes estrellas. Para nosotros no tener glamur hollywoodiense es una pena y nos hace daño, pero para la Mostra es muy importante. Si no consiguen traer a algunas estrellas, va a ser muy duro para ellos y van a sufrir más que nosotros». Ya han empezado: La película inaugural, 'Rivales', de Luca Guadagnino, ha cancelado y no se estrenará hasta 2024 porque su protagonista, Zendaya, no puede ir.