Crítica de 'Spiritwalker' (2020):
Pesadilla diabólica
Crítica de cine ·
Que pasaría si un mal día descubrieras que has perdido la memoria y cada doce horas te despertaras siendo una persona diferente? Es lo que describe la película surcoreana 'Spiritwalker', filmada de forma independiente por el realizador Yoon Jae-geun, a años luz de las poderosas incursiones en lo fantástico de Park Chan-Wook ('Oldboy', 2003), Kim Jee-Won ('Historia de dos hermanas', 2003) o Na Hon-Jin ('El extraño', 2016). Una cierta ironía se desprende de las tensas imágenes de esta curiosa mixtura de 'thriller', fantasía y acción, filmada con pocos medios, pero resuelta mediante un ritmo trepidante, que incluye la tira de persecuciones sin cuento.
La presencia de una misteriosa mujer y de una siniestra banda criminal configuran un divertimento en tono menor, pero que sirve para pasar un rato entretenido. Así pues, he aquí un seco y violento cuento de horror urbano, cuyos monstruos son el destino y la culpa, donde las áridas aristas de personajes sobreviviendo en páramos de traiciones del pasado y pánicos del futuro definen una clase de cine de angustia atmosférica. Desarrollado todo ello en noches oscuras como boca de lobo, por las que deambulan personajes a la deriva, incapaces de dar un sentido a sus vidas, al tiempo que desatan su sed de venganza, mientras a su alrededor la ciudad escupe fuego.
Spiritwalker
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Corea del Sur. 2020. 108 m. (16). 'Thriller'.
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Director: Yoon Jae-geun.
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Intérpretes: Yoon Kye-sang, Lim Ji-yeon, Park Yong-woo.