Crítica de 'El refugio' (2021): A cal y canto

Las comedias corales al estilo de 'El refugio' exigen una habilidad especial a la hora de conjuntar los rifirrafes de un montón de personajes abocados a un frenético ir y venir, siempre en tono distendido y poniendo el foco en la dirección de actores. Sin embargo, en esta ocasión, ni las claustrofóbicas peripecias de toda una serie de estrambóticos personajes, incluidos varios niños repipis, aislados en plena época navideña en un siniestro hotel de alta montaña, ni la propia escenografía, repetitiva y machacona hasta la saciedad, ni tampoco el esforzado reparto, la mayor parte de las veces pasado de vueltas, logran salvar de la quema un producto de mero consumo.

La poco inspirada realizadora Macarena Astorga, máxima responsable de 'La casa del caracol' (2021), parodia y lleva hasta el paroxismo su estilo caricaturesco, hasta el punto de que las desnortadas acciones de los huéspedes de este hotel de pesadilla producen dentera. Puede argumentarse que su estilo forma parte del discurso, pero la cineasta no logra graduar los excesos de su gramática y encierra a sus personajes en un escenario tan asfixiante que, al poco tiempo de metraje, el espectador pierde todo interés por averiguar lo que les sucede a todos ellos. De manera que 'El refugio' nunca rompe la concha que lo encierra a cal y canto, por lo que todo el invento se va al garete.

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