Crítica de 'Una librería en París' (2021): Pasión por los libros

La apacible vida de un librero sufre un giro de 180 grados, cuando irrumpe en su gabinete de archivos mágicos una arrolladora mujer, capaz de poner su existencia patas arriba. Vitalista premisa argumental para un título que, como 'Una librería en París', narra de forma amena las relaciones de dicho librero con su hija postrada en cama, así como con toda una serie de pintorescos personajes. El argumento se desarrolla en dicho santuario, bien surtido de incunables, convertido para el actor y director Sergio Castellitto en su sanctasanctórum, hasta el punto de que en un momento dado, se llega a a preguntar: «¿Podrá distraerme el alba de la página por leer?».

Esta estimable película del versátil cineasta italiano nos llega en un momento especialmente crítico, en el que, como tantas otras cosas, los emblemáticos 'buquinistas' parisinos (vendedores de libros antiguos y de ocasión, situados en las orillas del Sena desde el siglo XVI) amenazan con desaparecer. Filmada a media voz, sin estridencias de ningún tipo, estamos ante una comedia con ribetes dramáticos resuelta con la delicadeza exigible en estos casos. Y, por encima de todo, se trata de transmitir al espectador la pasión por la lectura, ya que una buena película es como un buen libro; o sea, el que se abre con expectación y se cierra con provecho.

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