Crítica de 'Josefina' (2021): Apagón sentimental

Roberto Álamo y Emma Suárez rivalizan en aciertos a la hora de dar vida a dos seres solitarios, unidos al fin en una película tan digna como 'Josefina'. Una historia intimista convertida en la descripción de toda una serie de estados de ánimo por los que atraviesan Juan y Berta, provocados por una especie de repentino apagón sentimental. En el aspecto del introvertido Juan, un modesto funcionario de prisiones, íntimamente herido, se observa un empeño en reprimirse, un esfuerzo de sobrehumana tensión ante la presencia de Berta, de algún modo marchita como una hoja de otoño. Esta congoja se ejerce sobre ambos personajes con un efecto aturdidor.

Como avergonzado ante el interés que ella le despierta, Juan sigue agitándose como un hombre abandonado a su suerte. Berta, en cambio, se vuelve cada vez más benigna, al tiempo que se alza como una isla de paz dedicada a su hijo encarcelado, a cubierto de los tsunamis de la pasión y de los torrentes de los anhelos. Es como si un pesado sueño cubriera sus párpados y una voz distante le susurrara: «Sueña, no abras los ojos. Deja que dure este sueño, porque si no volverás a ver las malditas celdas a tu alrededor» hasta el punto de situarse en el vacío más absoluto. Y es bien sabido que nada en el mundo puede oprimir tanto el corazón de las personas como la nada.

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