Crítica de 'Hollyblood' (2022): Luna vieja

Diecisiete años después de la publicación de 'Crepúsculo', y con Kristen Stewart y Robert Pattinson ya establecidos como intérpretes de 'prestigio' en las antípodas de sus yo adolescentes, se estrena esta flojísima parodia de las novelas en la órbita del bestseller de Stephanie Meyer. Pero alguien debió pensar que nunca es tarde, y de ese calentón ha nacido este engendro que trata de aunar sensibilidad millennial, literatura young adult y humor cazurro en el recipiente de una comedia romántica para quinceañeros que tiene a 'Buffy, cazavampiros' y 'Noche de miedo' como referentes inalcanzables.

Todo parte de un guion de José Pérez Quintero al que Jesús Font le ha dado una forma tan rudimentaria que podría llegar a entenderse como un metacomentario cinematográfico sobre los seguidores del subgénero que quiere parodiar. Lamentablemente no hay nada de eso, y todo es producto de una puesta en escena ultraeconómica y de batalla donde lo único reseñable son las secuencias robadas por Jordi Sánchez, que interpreta un personaje prescindible y metido con calzador. Lo que resta son un tipo que se hace pasar por vampiro por el amor de una friki neogótica, un Van Helsing de instituto y a un verdadero chupasangres (robado de 'Jóvenes ocultos') que entre chistes sin gracia y comentarios con doble sentido arrastran a la película hasta su previsible giro final.

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