Crítica de 'Una historia de amor italiana'(2021): Juego peligroso

Una lluvia pertinaz empapa las imágenes de 'Una historia de amor italiana', centrada en las sutiles relaciones sentimentales entre una impetuosa ilustradora y un metódico profesor de física. Dos seres humanos, Anna y Marco, empeñados en superar la dura prueba del inexorable paso del tiempo. Una escenografía correcta envuelve las andanzas de dicha pareja, encarnada de forma sobria por Jasmine Trinca y Alessandro Borghi, dispuestos a demostrar que en este mundo cruel aún es posible disfrutar con la ternura de los amantes, cuando se despiertan gozosos, noche tras noche, desesperadamente, abrazados yacentes, llorando y riendo.

Cantaba Carlos Gardel por qué hacer desgraciada a una mujer pudiendo hacer felices a tantas. Es la intención de Marco, un docente que nos invita a cultivar la belleza, el placer y la felicidad... dentro de lo posible. Al tiempo, la cinta sugiere este corolario: Al amor le gusta jugar al escondite. De manera que estamos ante un melodrama más o menos romántico, que incluye asimismo los claroscuros de la vida. Es como si el joven le susurrara a su enamorada: «Ahora que te espero, amada mía, tu burbuja de deseo se convierte en pura melodía». Incluso, a tono con la estética de la historia, podría afirmar: «Mis lágrimas inundan los valles y los ríos: una lluvia de tristeza».

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