Crítica de 'La hija oscura' (2021): Mater amatísima

Leda, una profesora que decide dejar su vida en Florencia e ir a pasar el verano en un pueblecito de la costa griega, entabla una extraña relación con una misteriosa mujer y su hija. Así arranca este debut como directora de la actriz Maggie Gyllenhaal, con una historia intimista en la que su protagonista pasa revista a su maternidad, enfrentada en esta ocasión a una desconcertada joven mamá. A la primera da vida con sobria intensidad la intelectual Olivia Colman; mientras que la segunda aparece bajo los rasgos de la humilde Dakota Johnson. Ambas intérpretes son las mejores bazas de un drama de valía, galardonado al mejor guión en el Festival de Venecia.

La experiencia de la maternidad es en 'La hija oscura' el meollo de la cuestión, cuando su protagonista recuerda el amor que nacía al tiempo de la lluvia. También las noches insomnes, las colchas de hilo fino y las flores de lavanda volando por espacios abiertos y felices. Una criatura durmiendo es como un continente virgen o un inviolado bosque rodeado de misterio. La cámara de Maggie Gyllenhaal afronta dicha experiencia de vida con un amor que es más grande que el océano, que la supera y envuelve como un tsunami. La película describe asimismo un amor de madre que nunca se queja y que, junto a la cuna de su bebé, recita con ternura una estrofa perfumada.

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