Crítica de 'Eternals' (2021): Mortal de necesidad

¿De dónde venimos? ¿Cuánto tiempo permanecemos aquí abajo? ¿Para hacer qué? Hay quien asegura que sólo los dioses del Olimpo exhalan un aroma inmortal. Por su parte, el filósofo Platón creía en la inmortalidad del alma. Al contrario que la Biblia, donde se asegura que somos un alma y que el alma es mortal, por lo que la doctrina de la inmortalidad del alma no tiene ninguna base bíblica. Ahora, estos ostentosos 'Eternals', estos diez eternos protectores, que misteriosamente fueron enviados a la Tierra hace 7.000 años, nos enjaretan la tira de peripecias, desde el momento en que una repentina amenaza apocalíptica se cierne sobre el planeta azul.

Con la Marvel hemos topado, esta vez a base de un montón de seres imperecederos con poderes sobrehumanos, dispuestos a hacer el bien a toda costa. Tienen el don de levitar, manipular la materia a nivel atómico, desprender rayos devastadores e incluso un alto nivel de telepatía, lo que no es moco de pavo en los tiempos que corren. ¿El resultado? un batiburrillo de escenas espectaculares, multiétnicas y efectistas hasta las cartolas, que se dispersa en múltiples direcciones con un desparpajo digno de mejor causa. Ikaris, Tena, Ajak, Druig o Phastos. ¿Quién encendió vuestra luz por los bosques de la noche? ¿Qué mano inmortal? ¿Qué ojo divino? Nadie lo sabe.

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