Crítica de 'Crímenes del futuro' (2022): La carne de la orquídea
Crítica de cine ·
Que la especie humana sufre en la actualidad significativas mutaciones es algo de lo que no cabe la menor duda. Que un director del prestigio de David Cronenberg se atreva a plasmarlo de forma tan drástica no debería extrañar a nadie. El protagonista de 'Crímenes del futuro' es un artista de performance, dispuesto a mostrar públicamente las metamorfosis de sus órganos vitales. Se trata de un ejemplo para revelar al mundo la próxima etapa de la evolución humana, que marcará la fusión de personas y máquinas. De manera que los neuropacientes tendrán en el futuro nuevos cuerpos robotizados, llamados «crionautas». A partir de ahí, esta tortuosa película del ambicioso autor de 'Crash' (2006) nos remite a las insólitas fotografías de orquídeas plasmadas por Christian Ziegler, con su fétido olor a carne podrida, para descubrirnos que hay otras maneras de describir el crimen, más poéticas e inquietantes. Sea como fuere, 'Crímenes del futuro' es un clínico, perturbador y enrevesado filme negro, también pretencioso, que nos sorprende por su surrealista sentido del humor, hasta el punto de alejar al espectador de su zona de confort. Y se dirigió al oriente del jardín del edén. Los querubines blandían una espada resplandeciente, para guardar el camino del árbol de la vida.
Crímenes del futuro
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En cines Canadá. 2022. 107 m. (16). Ciencia-Ficción.
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Director: David Cronenberg.
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Intérpretes: Viggo Mortensen, Léa Seydoux, Kristen Stewart, Scott Speedman.