Crítica de '¿Quién es quién?' (2020): Tontorrón 'body swap'

Una particular familia gala, cuyos miembros un mal día se despiertan en el cuerpo del otro, protagonizan esta burda parodia de regusto inequívocamente francés, en una especie de 'body swap' que no termina de resultar divertida. Toda una serie de equívocos pespuntean una anécdota con innecesarios ribetes escatológicos, sin que los forzados 'gags' que surgen de tanto en cuanto logren animar un poco el desarrollo del tinglado. Una puesta en escena rutinaria, sin el característico 'charme' francés, junto a un reparto de circunstancias, tampoco consiguen superar el pie forzado del que parte '¿Quién es quién?', cuyo resultado final no podría ser más tontorrón.

La premisa argumental en sí misma no era mala. Depende de cómo se use. Por desgracia, el destajista realizador Jean-Patrick Benes y el histriónico actor Frank Dubosc no establecen ninguna distancia entre las imágenes y el espectador: no hay ironía, no hay humor del bueno, no hay cinismo y no hay espíritu crítico. Además, cuando se trata de personajes que como aquí rayan en el esperpento, la cutrez o la caspa, hay que saber usarlos. Lo popular, en el mejor y más noble sentido del término, no tiene nada que ver con la brocha gorda. En Francia, pero también en España, se está produciendo un chirriante fenómeno, del que esta comedieta es la punta del iceberg.

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