Cine para un fin de semana especial

La metáfora de la lucha de clases está servida en la ópera prima del bilbaíno Galder Gaztelu-Urrutia, que llega a Netflix tras arrasar en el Festival de Sitges al hacerse con los premios de mejor película, dirección novel, efectos especiales y el del público. El filme se rodó en un hangar de Zorroza donde se construyó una gigantesca estructura y descansa en el trabajazo de dos actores soberbios: el catalán Iván Massagué, popular por la serie 'Gym Tony', y el mundaqués Zorion Eguileor, cantante, locutor e intérprete dotado de una voz arrebatadora, que a sus 74 años encuentra su primer papel protagonista en cine. La película también supuso el regreso de Antonia San Juan al cine.

El mismísimo M. Night Shyamalan se ha interesado por el remake de esta fábula intrigante con elementos mínimos, que no se corta cuando le toca ser salvaje, con sus protagonistas devorando comida como si fueran cerdos e incluso recorriendo al canibalismo. Vamos, que es ciencia ficción intelectual y gore a la vez. Nunca se nos dice en qué epoca o país estamos. Pero, como en las buenas cintas del género, tampoco hace falta.

Disponible en Netflix.

Miguel Lorenci

Espinacas, puñetazos, amor y mucho humor. Esto es Popeye, un infalible clásico de la animación que Robert Altman convirtió en personaje de carne hueso en 1980. Lo hizo con un histriónico Robin Williams en los albores de su carrera en el papel del legendario marinero de los puños de hierro, Shelley Duvall como su novia Olivia, y Paul L. Smith como Brutus. Divertida adaptación de las aventuras del marino de la pipa y el ancla tatuada en el hipertrofiado antebrazo que E.C. Segar creó para el cómic, Popeye está en pelea permanente con el forzudo Brutus que pretende robarle a Olivia y al que siempre vencerá gracias a sus latas de espinacas que le otorgan la misma fuerza sobrehumana que a Obelix la poción mágica. Son casi dos horas de peli que, sin la calidad de imagen de las actuales producciones Disney, arrancará las sonrisas infantiles, y quién sabe si la simpatía por las espinacas y otras verduras. Jules Pfeiffer, ganador de un Pulitzer, escribió el guión que Robert Altman rodó dando un toque surrealista, caricaturesco y absurdo a los personajes y a su entorno. La aldea de Anchor Bay se construyó en Malta. La música de Harry Nilsson es un hallazgo.

Disponible en: https://youtu.be/frzal0sEoek