El bilbaíno que desafía la pandemia y abre los cines del futuro en Madrid

Parece un chiste: va uno de Bilbao y abre un cine en Madrid en pandemia. Alfonso Benegas (Amorebieta, 1961) sonríe. «Yo he pasado por el cierre de los cines de los pueblos, el vídeo, la piratería, los Blu-ray, las televisiones a mansalva y las plataformas», enumera el gerente de Areto y presidente de EZAE, la Asociación de Salas de Cine de Euskadi. Dije que el boom de las plataformas iba a menguar y Netflix ya empieza a perder suscriptores. El cine no está muerto; nosotros no hemos cerrado ni una sala y, que yo sepa, ninguna ha cerrado en España. Lo difícil ahora es recuperar al espectador».

Huele a coche nuevo en las seis salas del Plaza Coslada, la más grande de 400 butacas y la más pequeña de 95. La de mayor aforo posee medio centenar de altavoces KCS para reproducir Dolby Atmos. «40.000 euros en sonido solo en esta sala», apunta Benegas. Cada uno de los proyectores láser cuestan entre 50.000 y 80.000 euros. Cualquier parecido con la cabina de 'Cinema Paradiso' pasó a la historia. Operarios con portátiles calibran los sistemas que reciben las películas por fibra. Una persona con un ordenador desde cualquier parte del mundo puede controlar todos los cines, películas y sesiones. Si no se ha vendido una entrada no se enciende el proyector automáticamente.

Además de por internet, las entradas se pueden adquirir en 17 pantallas repartidas por el centro comercial. «Tienen reconocimiento facial, así que si detectan que estás triste pueden ponerte el tráiler de una comedia. O te puedes hacer una foto con un decorado de película», descubre el gerente de Areto, compañía que también ha desarrollado el software de estos terminales de ciencia-ficción. En el cine del futuro no hay un solo cartel de papel, la pantalla en 3D es gris y no existe taquillera, acomodador ni proyeccionista. Con seis trabajadores y un ahorro en metros cuadrados respecto a los cines tradicionales, iluminación led y gestión de residuos, el objetivo es lograr unos cines sostenibles. La inversión del promotor ronda los 3 millones de euros.

«Este verano va a ser apoteósico en el turismo; con permiso de Putin y la pandemia, todos nos vamos a ir de vacaciones», asegura Benegas, que reserva la recuperación de los cines para octubre. El País Vasco es el único lugar donde ha habido ayudas a los exhibidores, pero los cines madrileños van mejor que los vascos, que todavía acusan la prohibición de comer decretada por el Gobierno vasco. «Fue un golpe muy gordo. Necesitamos un plan muy ambicioso de recuperación del público: descuentos, eventos…».

Los chavales que consumen plataformas son curiosamente los que más van al cine. Pero el matrimonio de 60 años no ha vuelto. «La hostelería se ha recuperado muy fácil, pero el cine necesita todavía quitar el miedo escénico», reflexiona Benegas, que muestra con orgullo unas pequeñas butacas para niños en las primeras filas «hechas a mano» en Ezcaray, la empresa riojana que fabrica los asientos de todos los cines de España. Las máquinas de palomitas y bebidas son autoservicio y vienen de EE UU. «Con la pandemia a nadie le gusta que toquen su comida», ilustra nuestro cicerone.

'Doctor Strange' inaugurará mañana los Plaza Coslada. Después vendrán las nuevas entregas de 'Parque Jurásico', 'Los Minions', 'Top Gun' y 'Avatar', que, según Benegas, volverá a poner de moda el 3D en Navidad. Este empresario vasco que lleva la música de 'Titanic' en su móvil está tan ilusionado como cuando construyó con sus manos un bastidor de madera para proyectar 'Bailando con lobos' en un cine de verano. «Desde entonces he sido incapaz de verla en televisión».