Crítica de 'Barbie' (2023): Rebelión de las muñecas

Greta es lista. Mucho. Su chico, Noah, es listo. Mucho. Mattel, la empresa fabricante de juguetes, es lista. Mucho. Más que Hasbro, que nos intentó vender como juguete, mediante una película horrorosa, algo tan terrorífico como una tabla Ouija. Robbie es lista. Mucho. Por eso interpretó tan deliciosamente a Sharon (Stone) en 'Érase una vez en Hollywood'. Ryan es listo. Por eso algunas y algunos le amamos desde el 'Drive' de Winding Refn. Jacqueline Durran, la diseñadora del vestuario, es lista. Por eso también creó el de 'Spencer' y vistió a todas las hermanas March de la 'Mujercitas' de Greta. Y a La Bella y a La Bestia.

Sarah Greenwood, la diseñadora de producción, es lista. Por eso ha sido seis veces finalista en los Oscar. Rodrigo Prieto es listo. Por eso fue también el director de fotografía de 'El lobo de Wall Street'. Clara Gómez del Moral, supervisora del departamento de arte, es lista. Por eso estuvo en 'Wonder Woman'. America Ferrera, actriz, es lista. Por eso subscribe la panorámica escrita por Gerta y Noah sobre lo que significa y representa ser mujer 24/7 a lo largo de toda una vida. Su Majestad Hellen Mirren es lista. Por eso fichó por 'Fast & Furious' y se ha reservado aquí el papel de narradora.

Barbie, la más Barbie de todas las Barbies, es lista. Por eso puede liderar la rebelión de las muñecas (pronto se le unirán las de Famosa, las Nancy y hasta Mariquita Pérez; Tiffany, la novia de Chucky, Annabelle, las High Monsters y M3Gan hace tiempo que no admiten ni Dios ni Amo). Ken, hasta el mismo Ken, es (bastante) listo. Por eso admite lo que le pasa con la dignidad propia de los galanes secundarios del Hollywood dorado. Y como todos son listos, esta película que empieza a lo Kubrick y acaba casi redonda (permítanle alguna flaqueza) es pura maravilla.

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