Ascensión, caída y redención de una telepredicadora en el Zinemaldia
En 'The Eyes of Tammy Faye', Jessica Chastain es una polémica evangelista de los años 70 y 80 en EE UU. «Busco la suciedad bajo las uñas de los personajes», dice
Sábado, 25 de septiembre 2021, 02:22
Es el personaje que la ha colocado al límite. «He tenido que trabajar un acento de Minnesota muy complicado de hacer, hablar con un tono ... agudo como Betty Boop, cantar de manera profunda como ella lo hacía, hacer de tonta pero sin caer en el tópico, predicar ante un gran número de personas...», dijo ayer Jessica Chastain en la presentación de 'The Eyes of Tammy Faye' ('Los ojos de Tammy Faye'). La película, de la que la actriz también es productora, está dirigida por Michel Showalter y cuenta el ascenso, caída y redención de una famosa telepredicadora evangelista en los años 70 y 80 en Estados Unidos.
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«Compré los derechos de la historia hace siete años, busqué socios y Showalter se lanzó a dirigir», contó Chastain. «Solo conocía de Tammy lo que los medios contaban, la llamaban fea, la mostraban como a una payasa. La trataban de manera inhumana», explicó. Para ponerse en la piel de Tammy, Chastain realizó un profundo trabajo de documentación. «Me leí todos sus libros, vi todos su vídeos, hablé con personas que la conocían». Y se encontró con una visión diferente de la telepredicadora.
«Era constante, coherente y auténtica. Creía realmente en el perdón, nunca dejó de amar a los demás, siempre fue fiel a sí misma», argumentó. También se encontró con una mujer «muy sola que quería conectar con los demás». En este sentido dejó claro que busca «la suciedad debajo de las uñas de los personajes». Le gusta dar vida a personajes que no le caen bien, «con muchos fallos».
Cantar fue la parte que más quebraderos de cabeza le dio: «No me encontraba cómoda, me avergüenzo fácilmente. El primer día fue el más complicado, así que cogí al equipo, les hice entrelazar sus manos y les puse a rezar», contó entre risas. El director Michael Showalter manifestó que no tuvo que darle muchas indicaciones: «Conocía perfectamente el personaje, la historia y lo que quería hacer. Es fácil de dirigir porque colabora mucho».
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La actriz sostiene que el papel de las mujeres en la industria ha cambiado mucho en los últimos diez años. «Antes solo se preocupaban de si íbamos guapas. La diferencia en este tiempo es enorme. La gente está interesada en ver historias de mujeres, algo va cambiando aunque todavía no del todo». Candidata a la Concha de Oro a la mejor interpretación manifestó que no existe «una lucha entre actores». Destacó «la gran hermandad» que existe en el gremio. «Conozco muy bien a Javier Bardem y también a Penélope Cruz, son dos genios».
Sobre su trabajo se reconoció como una actriz que siempre se está cuestionando. Pero no pierde la esperanza: «Espero tener 80 años y poder ver que he llegado a un momento de autenticidad».
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