Diario de las estrellas del Zinemaldia: horas 'extras' y más sonrisas que el año pasado
Cotillard, Cruz y Banderas no pararon de posar y de hablar desde el mediodía hasta la noche.Charlotte Gaingsbourg y Evaristo, de 'La Polla', extraños compañerosde viaje
Por qué Marion Cotillard llegó al Kursaal diez minutos después de que empezara la gala? ¿Fue el vestido corto de Penélope Cruz el más comentado ... de la alfombra? ¿Es el orgullo de padre el que llevó a Antonio Banderas a empeñarse en posar con su hija Stella del Carmen? ¿Qué hacía Evaristo, el cantante de La Polla Records, en otra alfombra roja?
Habrá respuestas, pero empecemos por el principio. Hay muchas estrellas, sí, pero los fans se mantienen a distancia. Aunque los aficionados sí buscan el glamur, las medidas de seguridad impiden que la gente se acerque a la alfombra roja o a la puerta del María Cristina. Las llegadas de los actores al hotel son más tristes, recibidos solo por las cámaras, y la alfombra también pierde encanto, aunque este año se ha recuperado al DJ Alex del Toro en el entorno de 'los cubos', para aliviar con su música los efectos de la pandemia. Y tras las vallas, en torno al puente del Kursaal, sí había ayer muchos curiosos, que tuvieron que vivir a distancia.
Hay estrellas, sí, y además el Festival les obliga a trabajar intensamente. Marion Cotillard, la protagonista ayer, llegó a mediodía con gafas y visera, casi sin tiempo para respirar se acercó al posado y posterior rueda de prensa y finalmente a la gala del Kursaal, con varios cambios de vestuario y de peinado por medio. Lo mismo pasó a Penélope Cruz y Antonio Banderas, que llegaron a San Sebastián con el tiempo justo para desfilar por la tempranera alfombra roja del María Cristina, donde presentaron 'Competencia oficial'. Con tanto ajetreo empezó tarde su rueda de prensa. A cambio, Banderas se deshizo en elogios a la ciudad y el Festival, que ha sido testigo de su evolución profesional prácticamente desde el principio.
Banderas volvió a la noche al epicentro del 'glamour', la entrada al Kursaal, en la sesión de gala. Y lo hizo acompañado por su hija, Stella del Carmen, para felicidad de los fotógrafos del 'cuore' acreditados en el Zinemaldia. El actor, siempre amable con la Prensa, pidió a su hija posar con él en el 'photocall'. «Orgullo de padre», confesaba. También Penélope Cruz, elegante en su vestido corto tan comentado por los especialistas en estas cosas, recordó lo feliz que había sido en este Festival en sus sucesivas visitas, coronadas por el Donostia que recibió de manos de Bono. «Hoy le deseo lo mejor a mi compañera y amiga Marion, que tanto lo merece», decía.
Cotillard se hizo esperar en la alfombra. De hecho, llegó cuando la gala inaugural ya había arrancado. Pero 'compensó' con un rutilante 'look' que desplegó todos sus escantos luego en el escenario del auditorio. En general, dominaron ayer las sonrisas, en un clima aún de restricciones pero mucho más relajado que el año pasado.
Había políticos, como el consejero de Cultura, Bingen Zupiria, la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria, el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, o el delegado del Gobierno en el País Vasco, Denis Itxaso, entre otros muchos. Había 'influencers' con epatantes modelos. Pero, sobre todo, gentes del cine. Algunos, sorprendentes. Carlos Saura, acompañado de su hija Anna, llevaba su cámara de fotos colgada y fotografió a los fotógrafos. Y curiosamente fueron los presentadores de la gala, Anne Igartiburu, Cayetana Guillén Cuervo, Elena Irureta y Asier Etxeandia, quienes mejor lucieron a la entrada del auditorio.
A la tarde hubo otra 'alfombra' alternativa. El estreno en la sección Zinemira de 'No somos nada', del peruano Javier Corcuera, basada en la historia de La Polla Records y su cantante, Evaristo, dio otro color a la jornada inaugural. Evaristo, poco amigo de las entrevistas, se sometió a un coloquio con el público que asistió al estreno en el Kursaal 'pequeño'.
Y había muchas más estrellas. Charlotte Gainsbourg, que había venido a presentar la película que ha dirigido sobre su madre, Jane Birkin, disfrutaba del Festival con la tranquilidad de no ser ayer cabeza de cartel, sino actriz de reparto. Los focos apuntaban a Cotillard.
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