«Bienvenidas sean las denuncias por acoso, aunque se me caigan ídolos»
Ricardo Darín | Actor ·
Con ‘Escenas de la vida conyugal’ muestra por primera vez en Euskadi la vena teatral que ha tenido toda su vidateresa abajo
Viernes, 3 de noviembre 2017, 01:30
‘Escenas de la vida conyugal’, de Ingmar Bergman, es una de esas obras en las que los actores bajan al patio de butacas. Y, ... como dice Ricardo Darín (Buenos Aires, 1957), «la energía fluye». En una de las primeras representaciones en Buenos Aires, una señora «muy mayor» le dijo bajito, para que solo él lo escuchara: «Desgraciado». El público se sigue identificando con una historia escrita en los años setenta que muestra sin tapujos la relación de una pareja antes y después del divorcio.
Tras llenar en Madrid y Barcelona, Darín y Andrea Pietra estarán en el Campos Elíseos hasta el 12 de noviembre. Los dos hacen teatro desde la adolescencia. Para ella, muy famosa en Argentina, es su primera vez en España. Él tiene que estudiar el guion de la película que está rodando en Madrid con Asghar Farhadi, lo que le deja poco tiempo libre. «Haremos turismo gastronómico y alquilaremos un coche», comenta. «La que organiza las cosas es mi mujer».
- En Euskadi le vemos por primera vez en un escenario, pero el teatro siempre ha formado parte de su vida.
- Debuté a los 17, pero cuando tenía tres o cuatro años ya iba a acompañar a mi madre. No tenía con quién dejarme y me quedaba sentado en el palquito viendo las funciones.
- Sus padres no querían que siguiera sus pasos.
- Mis padres eran buenos actores que pasaron toda su vida luchando para tener una estabilidad. Formaban parte de una generación en la que ser actor se consideraba un oficio, no una profesión.
- La naturalidad que desprende, ¿es un don o se la ha currado?
- Creo que se aprende mucho observando, y yo pude estar con grandes actores sin que ellos se dieran cuenta de que les miraba. Ver cómo caminan las personas, cómo reaccionan, cómo los cuerpos hablan...
- En ‘Escenas de la vida conyugal’ ha tenido dos ‘divorcios’. Andrea Pietra es la tercera actriz con la que la interpreta. ¿Esta obra supone un desgaste?
- Yo estoy empezando a suponer que sí. El hecho de trabajar codo a codo todos los días con una problemática tan especial, tan en carne viva... tanto con Valeria Bertuccelli como con Érica Rivas, que son grandes actrices y excelentes personas, tuvimos un periodo fantástico y luego empezó otra etapa.
- ¿Cuál es su definición de matrimonio?
- Me gusta que las personas que se aman vivan juntas, pero en el matrimonio hay una parte técnica que es muy difícil sortear. La negociación de espacios, tiempos, decisiones... para muchos es una red donde quedan varados, otros logran superarlo y pasan a las siguientes fases.
- ¿Es partidario de la sinceridad absoluta?
- Sí. Yo creo que la verdad es el camino más corto, aunque duela. Lo que subyace en algún momento va a brotar y de peor manera, porque el tiempo es corrosivo.
- ¿Cómo es Norma Aleandro en el papel de directora?
- Es única. Como mujer y como actriz. Yo he vivido con ella cosas muy difíciles de narrar.
- ¿Cuando interpretó a su madre en ‘El hijo de la novia’?
- Ese trabajo fue... ella es la síntesis de lo que es la diferencia entre actuar y ser. Ella es el personaje. Logra tal perfección que no te queda más remedio que ser al lado de ella. Si no, quedas al descubierto.
- Las denuncias por acoso sexual están alcanzando a actores que admiramos como Kevin Spacey y Dustin Hoffman. ¿Hasta dónde llegará esa ola?
- A cualquier lado, ahora está disparada. Aunque se me caigan algunos ídolos, estoy totalmente de acuerdo. No me gusta la caza de brujas...
- ¿Existe ese riesgo?
- Sí. Alguien podría denunciarme a mí, y, aunque sea mentira, ¿cómo te lo sacas de encima? Lo que se ha hecho con la mujer a nivel universal, esa postergación violenta, en algún momento tenía que eclosionar. Como en todas las eclosiones, habrá desmanes, pero bienvenidas sean las denuncias. Hay muchas mujeres que no denuncian los atropellos, las violaciones, por temor, por vergüenza. Y los hombres que adoramos a las mujeres, las veneramos y las defendemos en todas las ocasiones posibles, debemos estar de acuerdo con que estas cosas salgan a la luz.
- ¿Ha sido testigo de algún caso?
- Sí, y he intervenido algunas veces. Uno nota que una colega está incómoda porque fulanito la está tratando... El temor es que a alguien se le ocurra darse autopromoción en función de cagarle la vida a un tipo. Va a ocurrir, ya verás. Lo de Dustin Hoffman, a quien entregué un premio en San Sebastián, el mismo que me dieron a mí, me dolería especialmente si fuera cierto. Me voy a permitir el beneficio de la duda.
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