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La tauromaquia ha sido recurrente en la obra de Miquel Barceló (Felanitx,1957), quizás un reflejo más de su sempiterno gusto por la fisicidad, la ... naturaleza y el vivir sensual y terrestre o, incluso, una inspiración capital nacida de la geometría de los ruedos y del movimiento implícito en la arena por parte de los protagonistas de una corrida de toros. Sea como fuese, la temática taurina ha vuelto de nuevo como protagonista fundamental en la última muestra del artista mallorquín, inaugurada la semana pasada en la madrileña Galería Elvira González y que se prolongará hasta el próximo 29 de marzo.
Bajo el epígrafe 'Flores/Peces/Toros', la muestra integra 34 obras divididas en tres salas con pinturas, cerámicas y acuarelas. La idea inicial del artista fue la de hacer una exposición dedicada exclusivamente a la tauromaquia, si bien al final decidió mezclar temáticas y técnicas de la misma forma que las combina en su taller. El resultado no ha sido otro que un nuevo reflejo de su mundo más cercano: el del mar, los bodegones y la tauromaquia. Pero esta última acapara completamente la primera sala del recorrido, en la que la riqueza sensorial y colorista de la corrida atrapa al espectador, capturando la conexión del artista con el mundo de los toros, con su esencia y emoción, en cuatro lienzos de gran formato que parecen retratar a vista de pájaro y con la usual acumulación de materia pictórica los lances del toreo.
En uno de ellos, 'La línea de sombra' (2024), el matador -probablemente José Tomás, del que Barceló es un admirador- parece dar un formidable pase de pecho como remate de una serie de muletazos en medio de un coso que se asemeja a una vasija o a las elipses y óvalos de sus famosas sopas de arcilla. La misma sensación de movimiento circular o de geometría curva se aprecia en otra obra, 'Don Tancredo' (2024), en contraste con un torero que el espectador imagina inmóvil. Desde que en 1986 realizó el cartel anunciador de la feria de julio de Valencia, han sido innumerables las obras de Barceló sobre temática taurina.
En las otras salas, y a pesar de que el protagonista es el mar a través de acuarelas y varias cerámicas de peces y crustáceos o de máscaras con el autorretrato del artista, también se exponen algunas piezas que trasladan a la arcilla o a la terracota el movimiento y la fisicidad circular de las corridas de toros. Incluso, en una pintura en técnica mixta sobre papel titulada '5 toros 5' (2024) aparece de forma expresionista y desfigurada un matador rodeado de cinco astados. En el catálogo editado para esta muestra se transcribe el diálogo que Barceló mantuvo en 2002 con el diestro Luis Francisco Esplá, durante el cincuentenario de la feria de Nimes. En la conversación, el artista mallorquín fue muy claro: «La muerte digna para el toro es en la plaza. Lo demás es patético y humillante, porque lo vamos a matar a escondidas».
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