Las niñas enfadadas que han hecho de oro al artista estrella del Guggenheim este año
El museo bilbaíno expone desde el 28 de junio la obra de Yoshitomo Nara, un pintor amante del punk y el manga que ha desdibujado los límites entre el arte y el márketing
Será la exposición estrella este año en el Guggenheim. Yoshitomo Nara (Hirosaki, Japón, 64 años) se ha hecho de oro con sus figuras de niñas regordetas de grandes ojos que casi siempre parecen enfadadas. En 2019, Sotheby's Hong Kong vendió su obra 'Knife Behind Back' por una cifra récord de 20 millones de euros. Su protagonista: una niña de más de dos metros que, intuimos, oculta un cuchillo detrás de la espalda. Lienzos suyos como 'In the Milky Lake' y 'Missing in Action' han superado los 10 millones de euros. Pero es que, además, Nara ha desdibujado los límites entre el arte y el márketing convirtiéndose en un fenómeno de masas al comercializar todo tipo de productos.
Así, el segundo artista contemporáneo con mayores ventas, solo por detrás de Jean-Michel Basquiat, produce todo tipo de formatos y objetos con su firma: litografías, esculturas, peluches, ceniceros, huchas, bolas de nieve, platos, monopatines y despertadores. Una toalla de playa con su firma se subastó el pasado verano en Londres por 2.656 dólares. La tabla de un monopatín con una de sus niñas se puede comprar en internet por 3.381 euros. De los 5.500 remates a lo largo de su trayectoria, solo 800 son pinturas.
El Guggenheim Bilbao, en colaboración con el Museo Frieder Burda de Baden-Baden y la Hayward Gallery, de Londres, presenta del 28 de junio al 3 de noviembre la primera exposición individual en un gran museo europeo dedicada a la obra de Nara. La amplia selección de pinturas, dibujos, esculturas e instalaciones abarca las cuatro últimas décadas —de 1984 a 2024— y, según sus responsables, «es un reflejo de su empática respuesta a las personas y los lugares que ha ido conociendo a lo largo de los años».
Resulta paradójico que un artista influido por el punk rock, que se declara pacifista y antisistema, haya visto cómo sus 'Nara Girls' o 'Angry Girls' se convierten en fetiches de millonarios. Sus personajes, figuras y animales son un reflejo de él mismo y surgen de recuerdos de infancia y experiencias vitales. Nara fue un niño solitario rodeado de naturaleza, que creció leyendo mangas y dibujando sobre papeles usados, algo que todavía hace hoy. Sus niñas de grandes ojos son su símbolo de identidad, crías sin edad que resultan amenazadoras, desafiantes e insolentes, pero también melancólicas e inseguras.
El japonés factura más que Banksy, Jeff Koons y Damien Hirst. Sus obras juegan con la estética kawaii (adorable, tierno), que en Occidente asociamos a fenómenos como Pokémon o Hello Kitty. Nara estudió y vivió durante doce años en Alemania, donde descubrió el grafiti y el expresionismo de pintores como Kirchner. Trabajó fregando platos y en 2000 regresó a su país. Mucho antes de las redes sociales, en los años 90, ya vendía por correo tazas, camisetas y chapas con sus dibujos. Es un superventas en la tienda del MoMa neoyorquino, que atesora 130 de sus creaciones.
Yoshitomo Nara ha diseñado portadas para discos de R.E.M., Matthew Sweet y Bloodthirsty Butchers y sus chicas son un icono antinuclear en Japón. Dibuja a Joey o Dee Dee Ramone, de los Ramones, blandiendo la guitarra como un puñal. Vive en el campo a dos horas de Tokio y desde su ventana ve el bosque pero a ningún humano, como confesaba en una de sus raras entrevistas al 'New York Times'. De vez en cuando rompe su retiro para viajar por el mundo haciendo fotografías para documentar, por ejemplo, los campos de refugiados de Jordania. Sus creaciones son reconocibles incluso para quienen nunca pisan un museo.