Fallece el artista Antonio Oteiza
El religioso, hermano pequeño de Jorge, buscó reflejar a través de su obra el mundo espiritual
T. Flaño
Martes, 5 de agosto 2025, 23:18
«Fraile capuchino, escultor, pintor y misionero», así describían sus hermanos de congregación a Antonio Oteiza Embil, que ha fallecido a los 99 años. No ... fue el primer artista de su familia, le precedió su hermano Jorge, aunque su forma de entender la creación era distinta. «Podemos estar influidos por motivaciones similares», decía. Jorge ha razonado todo su arte, esto es muy importante. Yo, por mi parte, intento ser espontáneo y estar cerca de la frescura del arte popular».
Entendía el arte como una manera de comunicarse y un vehículo para reflejar su mundo religioso. «Las obras tienen una voz interior que eleva mejor su mensaje a través del expresionismo», reflexionaba ante alguna de sus piezas en la presentación de la exposición antológica 'De hombres y santos' que la Kutxa le dedicó en 2011 en San Sebastián.
Oteiza ingresó en la orden de los capuchinos y fue como misionero a Cuba y después a Venezuela, donde recorrió el Orinoco y conoció la cultura de los indios guaraunos y motilones. Muchos de sus trabajos tienen claras referencias precolombinas. Su afición al arte nació de una necesidad. «Andaba a mis 30 años por el oriente venezolano, y era el año del tercer centenario de la llegada de los capuchinos a esas regiones donde habían fundado multitud de pueblos. Quise hacerles algún recordatorio, pensé en un monumento y busqué un escultor, pero no lo encontré. Así que busqué barro y lo hice yo mismo», contaba.
Pero no fue hasta su vuelta a Madrid en 1961 cuando planteó a sus superiores dedicarse al arte religioso. Montó un taller en el convento de Cuatro Caminos y allí creó sus primeras obras figurativas. Durante años participó en el movimiento de renovación que promovió el Concilio Vaticano II. «El arte sacro tiene que remover por dentro», decía.
Basílica de Arantzazu
En 1969 pasó un año en Arantzazu con su hermano Jorge, donde trabajó en la obra de la basílica. También participaron en el proyecto el arquitecto Saénz de Oiza, los escultores Lucio Muñoz y Eduardo Chillida, los pintores Carlos Pascual de Lara y Néstor Basterretxea y fray Javier M. de Eulate, autor de las vidrieras. Fue la única vez que los hermanos trabajaron juntos.
A lo largo de su carrera artística utilizó todo tipo de materiales y hasta hace poco seguía pintado cartones humildes porque, como él decía, «el cartón es seráfico, mas pobre y a la vez más cercano». En Azkoitia en 2007 se inauguró la Fundación Antonio Oteiza con el objetivo de promocionar su obra y sus valores. En los últimos años, su nombre quedó unido al del escultor Carlos Ciriza, con quien dio origen al futuro Museum Ciriza Oteiza en Estella.
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