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Lápiz, pinturas, bolígrafos cuatricolores, tijeras, revistas como 'Discoplay' e 'Interviú', periódicos, pegamento... Hasta las pegatinas de la fruta o los paquetes de tabaco servían para ... los propósitos de los artistas de la carátula. Dice Garikoitz Fraga, responsable de la editorial Belleza Infinita, que mucha culpa del valor estético de aquellas portadas creadas para adornar las casetes y los cedés de factura casera la tenía el tiempo necesario para completar la grabación de música en ambos formatos, pues había que esperar a que terminara una de las caras, darle la vuelta, ya fuera vinilo o cinta, y esperar a que agotar la segunda. Tiempo precioso para dar rienda suelta a la imaginación y tunear el envoltorio.
En los 80 y 90, quien más quién menos se atrevió a esbozar una carátula para uno de estos productos, ya fuera con el objetivo de atesorarlas, presumir ante los colegas o regalar a algún amor platónico. Un día, dos viejos conocidos de Fraga del ámbito del arte, Xavier Carbonell y Joaquín Gáñez, volvieron a contactarle con la idea de dedicar un libro a aquellos objetos.
«Pero podía ocurrir –dice Fraga– que al llevarla a la práctica no encontráramos suficientes, pues mucha gente se ha deshecho de cedés y casetes. Además, quizá las portadas fueran sosas. Y muchas se hicieron para regalar, con lo que podrían ser difíciles de localizar...». Aun así, se lanzaron: «Recorrimos mercadillos, llamamos a todo el mundo... y hemos dado con auténticas obras maestras del arte de la carátula». Se toparon con casos curiosos, como el de «una chica de Madrid muy guapa que acumulaba un montón de casetes diseñadas para ella por sus fans».
Fue un año de investigación que se tradujo en el libro 'Gracias por la música. Portadas de CD y cassettes hechas en casa', de su editorial Belleza Infinita, creada por Fraga en Bilbao en 2002 –es responsable, además, de la exposición dedicada a Juan Carlos Eguillor que se exhibe hasta septiembre en la Sala Rekalde–. En este volumen se incluyen centenares de ejemplos de ambos formatos, joyitas de la estética, la creatividad y el humor.
Recuerda Fraga que primero pensaron en dividir el material en capítulos relacionados con los grupos, juntar las de los Beatles, por ejemplo, o hacerlo por estilos, rock, heavy... «Pero quedaba muy uniforme. Y se nos ocurrió dividir el libro como si fuera una exposición, porque se trata del arte de la carátula y está bien agruparlas por estilos artísticos».
Les salieron unos cuantos capítulos, que titularon con canciones muy conocidas que resumían el concepto. En el primero, 'Fina Estampa' (Chabuca Granda), las portadas están decoradas con dibujos, algunos de ellos bastante finos, por cierto, como el concebido por la mano minimalista de Óscar Martínez para un cedé de Fennesz, una simple línea que es sol y montañas. El segundo han acertado en llamarlo 'Alphabet Street' (Prince), porque la importancia recae en la tipografía: «Alguno cogía uno de aquellos bolis bic de cuatro colores y sacaba el azul y el rojo y escribía en los dos tonos a la vez».
En 'Tutti Frutti' (de Little Richard), hay collages de fotos que epatan por la creatividad y energía empleadas en su elaboración. Desde la portada para la banda sonora de 'Jesucristo Superstar', con un Cristo cinematográfico junto a recortes de dos crucifixiones, a la carátula del dibujante y escritor Miguel Brieva para una casete de 'varios' con una señal de prohibido con un monigote tirando a otro a las vías y un texto que en inglés dice: «Por favor, no empujen a extraños frente a los trenes que se aproximan». Abundan en las composiciones pechos, bocas y piernas femeninos con estética publicitaria, y hasta un dibujo de pene con piercing para un disco de The Faint.
Mientras, en 'Pictures This' (Blondie), las portadas basan su efectividad en una foto principal. Hay dos curiosos ejemplos en los que se han hecho coincidir los orificios de las casetes con las ruedas de una moto y un coche... Habría que verlas girar en el magnetofón. Imágenes del espacio y de astronautas para la música de discos de Beck, Mus, Jethro Tull, Mike Oldfield y Vangelis.
En el apartado 'True Colors' (Cindy Lauper), las portadas resaltan por su colorido. Muchas son obras de arte figurativo que podrían colgar de algún museo, mientras que el capítulo 'Qué será será, Whatever Will Be, Will Be' (Doris Day) está representado por ejemplos más cercanos al arte abstracto. «Alguno empleó los recursos adhesivos que traían las míticas cintas TDK –explica Fraga–, con los que ha logrado una composición constructivista en rojo y blanco. Luego están los que usaron la bolsa del Burger King o la cajetilla de Fortuna...».
En 'Desafinado' (Antonio Carlos Jobim), se han agrupado portadas «brutas» pero sorprendentes por su carga de improvisación, naturalidad... En principio, confeccionadas con prisa, sin detalle aparentemente, pero su contemplación dice mucho. Alguna lleva incorporada faltas de ortografía, intencionadas seguramente ¿o no?, como la cinta del grupo reggae V-40 (en vez de UB40) o ese cedé de Estopa con el título '¿La calle estuia?'.
El humor, la ironía y el sarcasmo se citan en 'Da da da' (Trio). Comicidad más inteligencia para resumir el contenido de la casete que muestra un primer plano de Ronald Reagan para un disco de los Dead Kennedys. O ese cedé del mítico sello de música clásica Deutsche Grammophon donde la clásica obra de arte de su carátula ha sido sustituida por una foto de unos soldados en Irak tapándose los oídos ante la inminente explosión de una bomba... para decorar 'La consagración de la primavera' de Stravinski. Se entiende que al autor la composición musical le parecía estruendosa. Otro cedé de varios artistas simplemente recoge como título sobre fondo blanco '16 razones para quedarse sorda. Recopilación 2001'. Y hay una cinta con un dibujo de uno de los Ramones con camiseta de... ¡El Fary!
'Heroes' (David Bowie) presenta fotos o dibujos de músicos, como el recopilatorio de rockabilly protagonizado por un jovencísimo Brian Setzer (Stray Cats) posando con su moto o la casete de 'varios' con Lola Flores y un 'España baila' como título. El 'Psycho Killer' de Talking Heads sirve para reunir portadas que no se entienden por sí solas, sino formando parte de un conjunto de casetes o cedés, como si hubieran sido despiezadas por un asesino en serie; ahí están los tres discos de un recopilatorio en el que cada una de las carátulas es la tercera parte de la cabeza de un cerdo.
En 'I'll Be Your Mirror' (Velvet Underground), hay copias de las auténticas portadas, como el plátano del famoso álbum de esta banda, que dibujado, pintado y escritos los títulos de las canciones en las zonas amarillas de la fruta, ha sido recortado y pegado sobre el plástico. Otro artista ha dibujado la carátula del 'grandes éxitos' de los Chunguitos 'Dame Veneno', pero cambiando sus cabezas por las de Aznar, Bush y Osama Bin Laden, que aparecen dando palmas.
El libro se ha vendido en museos como el MoMA de Nueva York, el centro Pompidou de París y también en el Guggenheim Bilbao. Explica Fraga que se agotó la primera edición e hizo una segunda en la que sumó más ejemplos, porque al enterarse de la existencia del libro, mucha gente quiso añadir los suyos. «Y si se agota la segunda, aceptaremos más para una tercera», avisa.
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