Álava desempolva los tonos de Tarkhoff

Se presenta el conjunto de manera monográfica para ofrecer una visión más amplia y completa de un artista «muy poco conocido en nuestro ámbito», que murió en la miseria y que vive en la actualidad un proceso de recuperación de su figura y producción artística «a la que hemos querido contribuir como museo». Así lo trasladó la diputada de Cultura, Ana del Val, que presentó la exhibición junto a la responsable de la pinacoteca, Sara González de Aspuru. 'Dalias en jarrón azul', 'Ramo de flores de primavera', 'Niña tumbada' o 'Naturaleza muerta con verduras' son algunas de las piezas que permiten apreciar los temas más importantes en los que trabajó este pintor afincado en Francia.

La presencia de los lienzos de este autor en la colección del museo es un hecho «excepcional», ya que el ámbito de los fondos del Bellas Artes de Álava no abarca el arte internacional. El ingreso de sus pinturas fue el resultado de una dación, la acción de entregar un bien a cambio de saldar una deuda fiscal -en este caso con la Diputación de Álava- con destino a esta pinacoteca. Uno de los pagos de impuestos mediante este procedimiento fue el de las nueve obras de Nicolás Tarkhoff de la Colección de arte del Grupo Tubacex de Llodio, por acuerdo del Consejo de Diputados en el año 1995.

Nacido en Moscú en 1871 en el seno de una próspera familia de comerciantes, a pesar de tener una vocación artística temprana, diversas circunstancias retrasan la dedicación del autor a la pintura hasta la veintena. En 1898 se instala en París. Realiza un periodo de formación que compagina con el estudio de los trabajos de Van Gogh, Gauguin y Cezanne, artistas que le entusiasman. En sus primeros años franceses trabaja sobre asuntos parisinos, sus calles, mercados, bulevares o las vistas del Sena. Durante esa época, está muy activo y presente en las principales exposiciones colectivas de París, otras ciudades europeas y Rusia, con exposiciones en Moscú y San Petersburgo.

Tras su matrimonio en 1905, se produce una variación significativa en los temas de sus obras, derivando hacia otros más íntimos como flores y bodegones (algunos pueden contemplarse en la muestra del Bellas Artes). A partir del nacimiento de sus hijos, las escenas familiares -también presentes en la exhibición- cobran una gran importancia. Tarkhoff deja París para instalarse en la localidad de Orsay en 1911. El cambio supone un acercamiento a la naturaleza, pero también el aislamiento de los círculos artísticos y comerciales que dificultan todavía más su situación económica y social.

Tras fallecer el pintor en el año 1930 en la más absoluta pobreza, tuvieron que pasar más de tres décadas hasta que la figura de este autor fuera redescubierta en los años 60 por algunos coleccionistas. Entre ellos Oscar Ghez, figura clave a través de su colección privada y la posterior fundación de su museo Petit-Palais de Ginebra. De este espacio suizo proceden las pinturas presentes en la colección alavesa y que fueron adquiridas por la empresa alavesa al propio Oscar Ghez. Y es que son piezas que han pasado por muy pocas manos.

Finalmente, en 2014 se crea la Asociación de amigos de Nicolas Tarkhoff. Gracias a su trabajo, se custodia su archivo y se difunde el nombre y la obra de este gran artista a nivel internacional.