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CASO DE ÉXITO

INFRAESTRUCTURAS QUE CAMBIAN VIDAS

BTD es una empresa española que lleva más de dos décadas demostrando que las infraestructuras son mucho más que obras: pueden ser motores de desarrollo, educación y futuro.

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ANABEL MADRID

BTD es una empresa española que diseña, desarrolla y construye proyectos de infraestructuras fuera de nuestras fronteras. Nacieron en 2004, pero en un principio solo trabajaban como una consultoría porque no contaban con tantos recursos. "Por aquel entonces asesorábamos a empresas españolas que tuvieran interés en desarrollarse en el mundo internacional", explica su presidente, Andrés Llordén.

Con el tiempo, esa primera etapa como consultores dio paso a una empresa de proyectos propios. "En 2009 empezamos a diseñar y a construir nuestras infraestructuras, sobre todo en el sector del agua y en el de la educación", recuerda. Desde entonces, una de las claves del crecimiento de BTD ha sido su capacidad para entender los contextos globales sin perder de vista la realidad sobre el terreno. Como explica su presidente: "La externalización requiere tener un pensamiento global, de saber cómo evoluciona el sector, pero luego hay que tener una aplicación local. La presencialidad también es muy importante para nosotros, no vale con reunirse por Teams, es necesario estar".

En la empresa trabajan más de 800 personas,

pero solo 50 de ellas lo hacen desde España

A día de hoy, BTD puede presumir de tener proyectos en 12 países, 10 en América Latina y 2 en África. Cuentan con más de 800 empleados y esperan en un futuro próximo implantarse en más lugares del mundo. Su crecimiento siempre ha ido ligado al Banco Santander. "Tener su respaldo te da un plus. Primero porque de cara a los clientes da seguridad tener ese respaldo de primer nivel. Y dos, entrando ya en la operativa, tienen un conocimiento importante de qué aportación puede dar el sector financiero a este tipo de infraestructuras", explica Llordén.

Retos inspiradores

Si algo define a BTD es que no le teme a los retos. Uno de los más grandes lo vivieron en África: "Fue en Guinea Ecuatorial, un sitio donde no existía un sistema de formación ocupacional, y acabamos montando tres centros con una calidad sustancial que les ayuda a aprender un oficio. También creamos el primer parque eólico de Uruguay".

Para lograr este tipo de proyectos, contar con un socio como el Santander es clave. "Tenemos líneas de garantías y avales porque para nosotros es consustancial a nuestro negocio. Al final, cuando te presentas a procesos de contratación pública, tus contratos tienen que estar garantizados y avalados. En algunas ocasiones también hemos utilizamos temas de coberturas de divisas", cuenta su presidente.

BTD ha cambiado tremendamente en sus más de 20 años de andadura, pero lo que sigue intacto es su compromiso. "Nuestro objetivo es que nuestros proyectos terminen aportando aquello para lo que fueron concebidos. Con ese principio siempre de seriedad y de escuchar a las diferentes partes", asegura Llordén. Con una mirada global, pero con los pies en el terreno, la empresa sigue creciendo sin perder de vista su objetivo de aportar valor real a través de infraestructuras que transforman comunidades enteras.

Así empezó
todo

Un proyecto con

Cada pyme tiene una historia única. Muchas nacen en una cocina, un taller o un pequeño local de barrio, impulsadas por la pasión y el esfuerzo de una familia. Con el tiempo, algunas de esas ideas trascienden fronteras y se convierten en marcas reconocidas, llevando su esencia a nuevos mercados sin perder sus raíces. Crecer, adaptarse y llegar más lejos es posible cuando hay visión, compromiso y el apoyo adecuado. Porque internacionalizar no es solo expandirse: es compartir una cultura, una identidad y un legado con el mundo.

CREDITOS

Content strategy:
Aurora Yañez
Project Manager:
Inmaculada Oliva
Brand strategy:
Jorge Guillén García
Dirección de Arte Diseño UI:
Alessandro Marra
Desarollo:
César Iriso
Gonzalo Cachon

SANTANDER

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BTD es una empresa española que lleva más de dos décadas demostrando que las infraestructuras son mucho más que obras: pueden ser motores de desarrollo, educación y futuro.