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El sueño empresarial de dos hermanos vascos sigue más vivo que nunca 86 años después

GHI fabrica y exporta a medio mundo sus hornos, un ejemplo de Pyme que acaba de ser reconocida por el Banco Santander como la mejor pequeña y mediana empresa de Vizcaya

Juanjo Villalba

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En ocasiones las grandes historias comienzan en circunstancias complicadas. Este es el caso de GHI Hornos, una empresa familiar dedicada a la fabricación de hornos industriales pionera en España y que fue fundada en 1937, cuando nuestro país estaba sumido en plena Guerra Civil.

José María y Salvador Guinea, dos hermanos ingenieros de Oñate, y cuya familia tenía una fundición en Gipuzkoa, decidieron emprender su propio proyecto cerca de Bilbao, en Galdácano. Pronto, su trabajo dio sus frutos y un año después, en 1938, fabricaron su primer horno eléctrico para la fusión de metales.

Tras 86 años, GHI Hornos nunca había gozado de mejor salud y es ejemplo de buena gestión y de pasión por la innovación y por el trabajo bien hecho. “Tras pasar diversas fases, hoy en día nuestra empresa se dedica principalmente a la fabricación de hornos de fusión de metal para el sector del reciclado de aluminio”, explica Eduardo García, Director Financiero y de Recursos Humanos de la compañía. “Creamos proyectos completos: realizamos el diseño, el ensamblaje, el montaje en destino, la instalación, la puesta en marcha y el servicio posventa. Facturamos unos 50 millones de euros anuales y tenemos una única ubicación productiva en Galdácano en la que trabajan 150 personas”.

Desde esta localidad vizcaína, GHI trabaja con empresas españolas pero también exporta a Estados Unidos, país que representa una de sus mayores apuestas de futuro, México, Brasil, Argentina, Alemania, Noruega, Reino Unido, República Checa o Polonia entre muchos otros.

Un camino marcado por la innovación

Esta espectacular evolución es fruto del duro trabajo de la familia Guinea y de todos sus trabajadores. También de su pasión por mejorar e ir más allá. Hay muchos ejemplos a lo largo de la historia de este empeño. Por ejemplo, en 1952, en plena autarquía y con la economía cerrada al exterior, GHI fue capaz de realizar la primera exportación de un horno a Colombia, lo que inauguró su expansión internacional. “Eran momentos complicados porque, debido a la situación de nuestro país, nos veíamos obligados a fabricar todo, hasta los tornillos”, cuenta García.

La apertura al exterior hizo que, ya con la segunda generación de los Guinea al mando, GHI Hornos fuera conociendo e incorporando a sus procesos productivos muchas de las novedades que se aplicaban en otros países. Por ejemplo, en 1982, tras una visita a Japón donde los Guinea descubrieron el diseño por ordenador, GHI fue la primera empresa de todo Vizcaya en utilizar el sistema CAD. “En aquellos años nuestra empresa casi se convirtió en una feria de muestras: venían representantes de empresas de todo tipo para comprobar qué era eso del diseño por ordenador, que en España casi no se conocía”, apunta el director.

Esta sólida evolución ha dado lugar a la moderna empresa que es hoy GHI Hornos, un ejemplo de gestión e innovación que acaba de ser reconocido por el Banco Santander con el Premio Pyme del Año 2023 de Vizcaya. “Este reconocimiento supone un orgullo. Lo primero porque nos han elegido entre otras 1.800 empresas y lo segundo porque es un acicate para seguir trabajando y haciéndolo bien”, considera.

GHI participa de forma activa en el desarrollo de nuevas tecnologías y generación de conocimiento

Un futuro prometedor

El futuro de GHI Hornos pasa, según García, por aumentar todavía más su expansión internacional. “Acabamos de abrir dos filiales en Estados Unidos y México para dar más servicio a los clientes de esos países y ampliar nuestra presencia”, apunta. “De hecho, nuestro CEO se va a trasladar un año a Estados Unidos para impulsar el crecimiento en aquel país cuyo mercado es muy importante para nosotros”.

En otro sentido, la apuesta de la empresa para los próximos años pasa por el reciclaje, la descarbonización y la digitalización. “En definitiva -concluye- lo que queremos es ayudar a nuestros clientes a ganar más dinero, ser más rentables y reducir su huella de carbono, lo que nos llevará, seguro, a competir a nivel mundial y convertirnos en un proveedor referente de equipos de fusión y tratamiento térmico de aluminio”.

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