Borrar
XVII PREMIOS FUNDACIÓN BBVA FRONTERAS DEL CONOCIMIENTO

Philip Kitcher: Humanidades

El galardón reconoce a un «intelectual humanista» cuya obra filosófica ha abordado un amplio espectro de los temas centrales de nuestro tiempo

EL CORREO

Compartir

El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Humanidades ha recaído en el filósofo británico-estadounidense Philip Kitcher por las contribuciones fundamentales de gran impacto que ha realizado en la filosofía de la ciencia –en particular de la biología y la investigación genética–, «demostrando la relevancia de las ciencias de la vida para las humanidades, y viceversa», según destaca el acta del jurado. El titular emérito de la cátedra John Dewey de la Universidad de Columbia ha realizado contribuciones fundamentales de gran impacto a la filosofía de la ciencia, y en particular a la filosofía de la biología, «demostrando –continúa el acta– la relevancia de las ciencias de la vida para las humanidades, y viceversa».

A lo largo de una trayectoria académica de más de cuatro décadas, este «intelectual humanista» ha publicado obras de referencia sobre una gran diversidad de temas, desde la filosofía de las matemáticas y los orígenes de la ética hasta el papel de la ciencia en las sociedades democráticas, la importancia crucial de la educación para transformar a los niños en ciudadanos y el reto de la crisis ambiental global, a través de una colección de diálogos socráticos que reflexionan sobre el cambio climático, presentándolo como el mayor desafío al que se enfrenta hoy la humanidad.

Después de estudiar Matemáticas en la Universidad de Cambridge, sus primeras investigaciones durante el doctorado en la Universidad de Princeton se centraron en la historia y la filosofía de las matemáticas, hasta que, motivado por las preguntas de sus estudiantes, se interesó por la biología y propuso argumentos en contra de la teoría de la sociobiología que, según el galardonado, se basaba en el comportamiento social de insectos como las hormigas y lo extrapolaba a los humanos de manera demasiado simplificada. Kitcher postuló que «en humanos hay que tener en cuenta que su entorno es mucho más complejo y las fuerzas culturales tienen un efecto sobre la evolución humana».

También en el campo de la filosofía de la ciencia destaca su libro ‘The Advancement of Science’, en la que Kitcher presentó un nuevo modelo de la explicación científica basado en la habilidad de unificar fenómenos dispares y que se ha convertido en una referencia en los manuales contemporáneos de filosofía de la ciencia. En esta obra se propuso, según su nominador Antonio Diéguez, «desmitificar la leyenda sobre la ciencia, que la considera desde una visión ingenua y carente de crítica como una acumulación progresiva de verdades logradas mediante la aplicación de cánones metodológicos estrictos. Aunque la crítica al cientificismo no era nueva, antes se hizo desde planteamientos más radicales, relativistas y constructivistas, y él va del realismo al pragmatismo para hacer una defensa de la objetividad de la ciencia, a la vez que desmonta tópicos demasiado racionalistas o positivistas acerca del progreso científico».

Ética como cooperación y entendimiento mutuo

Kitcher ha explorado además las lecciones que puede aportar la biología a la hora de explicar la ética humana, que surge como manera de amplificar la capacidad natural que poseen los seres humanos, al igual que los primates y otras especies, para responder ante las necesidades ajenas. «La característica central de nuestra vida ética es la habilidad de ver que otra persona necesita algo y de ayudarle a conseguirlo», resume. El primatólogo y catedrático de Psicología de la Universidad de Emory, Atlanta (Estados Unidos), Frans de Waal (1948-2024) demostró que los chimpancés y los bonobos son capaces de detectar cuándo un colega persigue un objetivo concreto, y de realizar acciones bastante complejas para ayudarle a conseguirlo. En su libro ‘The Ethical Project’ (2011), el filósofo galardonado sostiene que los humanos también tenemos esta capacidad de respuesta desde tiempos ancestrales, aunque originalmente estaba bastante limitada. «La vida ética surge como manera de amplificar la capacidad de respuesta. Nos permite ser más cooperativos y vivir en sociedades mucho más grandes», argumenta, desde grupos de 40 personas hace decenas de miles de años, hasta las primeras ciudades hace 8.000 o 10.000 años. «Para amplificar esta capacidad de respuesta, tenemos que entender muy bien quién es el otro, y tratar de encontrar soluciones para los problemas que nos dividen. Por eso la negociación, la cooperación y el entendimiento mutuo son partes centrales de la ética».

«Sus contribuciones han demostrado la relevancia de las ciencias de la vida para las humanidades, y viceversa»

Acta del jurado

A mediados de los años 1990, Kitcher analizó las implicaciones éticas del Proyecto Genoma Humano en un informe para Biblioteca del Congreso estadounidense, que acabó convirtiendo en el libro ‘The Lives to Come’ (1996). Hablando con asesores de los congresistas, se dio cuenta de que la motivación política para embarcarse en el Proyecto Genoma Humano era muy diferente de la que tenía la comunidad científica: lejos de la ambición de curar, o al menos diagnosticar, todo tipo de enfermedades, el objetivo del Congreso era obtener una ventaja científica competitiva respecto a Japón, que destacaba en el ámbito tecnológico.

Esta disparidad llevó al filósofo a plantearse cómo es, y cómo debería ser, la relación entre la ciencia y las sociedades que la financian y en las que esta ciencia se aplica. Reflejó sus conclusiones en el libro ‘Science, Truth, and Democracy’, en el que «sin desmerecer el valor de la ciencia básica, que considero importantísima, sostengo que la importancia de la investigación fundamental radica en que, con el tiempo, proporciona un conocimiento que permite que las personas logren avances para mejorar las vidas de los seres humanos», expresa. «El objetivo último de la ciencia es beneficiar a la humanidad».

Este objetivo, a su vez, ha llevado a Kitcher a preguntarse sobre la manera de establecer el papel que juega la ciencia en las sociedades y, a partir de ahí, a desarrollar una visión de la democracia «que va más allá de que la gente vote de vez en cuando sobre diversos asuntos, y más allá incluso de las constituciones. La democracia requiere que las personas trabajen juntas para entender qué problemas necesitan resolverse y cómo adaptar el conocimiento que obtenemos de la investigación científica para abordar esos problemas».

Educar a los niños para que se conviertan en ciudadanos

Esta interconexión entre los objetos de análisis presentes en la obra filosófica de Kitcher aflora también en otro de sus grandes temas de estudio, la educación. Kitcher considera que ‘The Main Enterprise of the World: Rethinking Education’, libro que publicó en el año 2021, es uno de sus escritos más importantes. En él, vuelve a destacar la idea de la cooperación como un elemento fundamental para el avance de la sociedad y resume en tres puntos la importancia que la educación tiene para ésta: permitir que los niños hagan cosas productivas que les ayuden a mantenerse (con el fin último de mantener sus propias vidas, no de contribuir a la riqueza global), facilitar que se conviertan en ciudadanos que puedan cooperar con otras personas en la construcción de una sociedad; y darles la oportunidad de comprender lo que les importa y elegir la forma de sus propias vidas.

El acta del jurado también destaca los trabajos del profesor Kitcher sobre el cambio climático, que articuló en forma de conferencias magistrales y en un libro. En estas investigaciones hace un repaso de los que considera son los principales problemas del desafío climático y aporta, como datos verificables, sus principales magnitudes, para concluir, de nuevo que, sin una profunda cooperación, en este caso entre países, el desafío climático no tiene fácil solución: «La crisis climática es un problema ético y político», afirma.

Su curiosidad intelectual, tal y como ha destacado el jurado, le ha llevado incluso a diseccionar las enseñanzas éticas y filosóficas que encierran las obras de grandes figuras de la literatura como James Joyce y Thomas Mann, así como la música de Richard Wagner.

Compartir

Content Service elaborado por SRB Ediciones