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La psicóloga ha recibido el galardón por haber estudiado «la toma de decisiones medioambientales y las respuestas humanas al cambio climático desde una perspectiva interdisciplinar»
El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Humanidades y Ciencias Sociales ha recaído en la psicóloga Elke Weber. El jurado ha destacado las contribuciones de la catedrática de la Universidad de Princeton se pueden resumir en tres ideas fundamentales: que los fenómenos climáticos extremos, como los huracanes, son más proclives a motivar la acción de las personas que el cambio climático como concepto general; que el miedo o la culpa por el cambio climático son emociones que no movilizarán a la gente, ya que lo que se necesita es «fomentar respuestas sostenidas» y no emociones que las personas tienden a rechazar; y que tener una experiencia personal directa del impacto negativo del cambio climático tiene un efecto movilizador mucho mayor que el de las meras estadísticas sobre el fenómeno del calentamiento global.
El jurado, que pone de relieve que Weber fue pionera al introducir por primera vez la psicología como un campo fundamental desde el que combatir el desafío medioambiental en 2010, concreta que el premio también ha estado motivado por «su capacidad para extraer ideas de una amplia gama de disciplinas y utilizarlas para ponerlas en práctica en acciones consecuentes que beneficien a todo el mundo». Entre esas disciplinas figuran la psicología, la neurociencia, la economía del comportamiento, la sociología y la ciencia medioambiental.
Los primeros trabajos de la profesora Weber acerca de la toma de decisiones e incertidumbre aplicada al mundo financiero comenzaron en los años 80. Posteriormente, el decano de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign le encargó que uniera a todos los investigadores del campus que estuvieran trabajando en la toma de decisiones, independientemente de su campo de especialización. Fue entonces cuando acuñó la expresión ‘combina y vencerás’, en referencia a la importancia de traspasar las líneas que marcan las disciplinas científicas para poder abordar un objeto de una manera completa.
«Necesitamos respuestas también desde la acción individual y la acción colectiva»
«Ninguna disciplina tiene todas las respuestas», considera la catedrática de Psicología y Asuntos Públicos en Princeton. «Necesitamos respuestas desde la ingeniería, desde la economía, pero también necesitamos la acción individual y la acción colectiva. Y creo que el gran avance de los últimos 20 años ha sido la economía del comportamiento, al comprender que no todas las decisiones que se toman, incluso por parte de los responsables políticos, son racionales». «Los actores políticos y económicos –continúa– son personas como todos nosotros, tienen sentimientos y normas de conducta. Y si no tenemos en cuenta todas las formas en que los humanos procesan la información y toman sus decisiones, en muchos sentidos estamos dejando de utilizar herramientas fundamentales».
La experta resumió en un artículo publicado en la revista ‘Climatic Change’ en el año 2006 con el título de ‘Percepciones del riesgo a largo plazo basadas en la experiencia y en la descripción: Por qué el calentamiento global no nos asusta’, las tres ideas fundamentales que han guiado su investigación sobre la percepción y la acción frente al cambio climático. La primera de ellas es que el cambio climático no suscita tanto miedo como otros fenómenos extremos más concretos, «como los huracanes o los incendios forestales», tal y como ejemplifica Weber, y por tanto es menos probable que motive la acción sin una mayor intervención. “El cambio climático –desarrolla– es un fenómeno estadístico, y sabemos que a los humanos nos importan los relatos. Nos importan las historias. Nos importan las cosas que nos pasan personalmente».
A continuación, consigna desde la esfera emocional que el relato pesimista de que se ha superado el punto de no retorno en la acción climática es contraproducente debido a que lo que según su investigación funciona para motivar a la gente a pasar a la acción son las emociones positivas. «En lugar de sentirte culpable porque eres parte del problema, te sientes orgulloso porque eres parte de la solución. Creo que el mensaje realmente importante que hay que transmitir es que es posible actuar. Es un problema difícil. Es un problema perverso. Pero sabemos lo que hay que hacer en términos de energías renovables, en términos de energía nuclear, en términos de captura de carbono… Así que creo que un mensaje muy importante que se debería trasladar a los medios de comunicación es decirle a la gente cuáles son las acciones más eficaces que pueden tomar en sus puestos de trabajo y como ciudadanos en su país».
El tercero de los elementos que incorpora la investigación de Weber es el de la cercanía de la experiencia: para Weber, la forma más eficaz de concienciar a la gente es la experiencia personal. «Cuando ves que ocurre en tu patio trasero –destaca–, cuando ves que los huracanes se vuelven mucho más intensos y llegan cada dos semanas en lugar de dos por temporada… Creo que la experiencia personal es un maestro muy poderoso».
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