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Por qué son peligrosas las humedades en una vivienda y cómo ponerle solución

Murprotec analiza los riesgos que acarrean las humedades por condensación, capilaridad o filtraciones laterales tanto para la estructura del edificio como para la salud de sus moradores

EL CORREO

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La presencia de humedades en las paredes de un edificio o vivienda es un problema más frecuente y afecta a más ámbitos de los que se cree, tanto al propio edificio como a las personas que viven en él. Por ese motivo, tratarlas de manera adecuada resulta fundamental para evitar problemas mayores y mucho más graves relacionados con la estructura, la salud y la eficiencia energética.

La realidad es que un muro de carga con humedad puede perder gran parte de su capacidad portante, ya que debilita la fuerza de cohesión de los elementos y materiales que constituyen dicho muro y pueden provocar movimientos en la estructura de los edificios. Asimismo, las consecuencias para la salud de convivir con humedades son muy negativas. Éstas pueden llegar a provocar problemas respiratorios, alérgicos, dolores musculares e incluso enfermedades pulmonares, así como ser el hábitat perfecto para el desarrollo de ácaros, hongos y bacterias.

Y no solo eso sino que, además de poner en riesgo la salud de la familia, las humedades disparan el gasto energético del hogar hasta en un 30% porque desde el momento que se desarrolla una humedad en una vivienda, ésta deja de ser energéticamente eficiente y se debe fundamentalmente a que las humedades crean corrientes de aire frío y diferencias de temperatura entre las habitaciones.

Cómo identificar y combatir las humedades

«Para combatir estas humedades es necesario huir de soluciones temporales, que no garantizan su eliminación y que sólo atacan la cara visible del problema, tapándolo temporalmente y ocasionando una pérdida de tiempo y de dinero al afectado», asegura Begoña Sánchez, directora en País Vasco de Murprotec, multinacional líder en el tratamiento definitivo de humedades estructurales. La clave está en realizar un correcto diagnóstico de la mano de expertos que determinen el problema concreto que padece la edificación y, tras esto, acometer el tratamiento específico y definitivo para erradicarlas para siempre.

Algunos signos que deben poner en sobre aviso a los habitantes de un inmueble que padece humedades estructurales son los siguientes: desconchones en paredes, la pintura y zócalos caídos, el salitre en los muros y los hongos y mohos anidando en las mismas, pero también cristales empañados en ventanas y espejos; deterioro de mobiliario y otros objetos como ropa y enseres. El mal olor en estas estancias también es un efecto muy significativo y común.

Se tratan de humedades por capilaridad cuando suben un metro y medio del suelo, aproximadamente, desde nivel de calle. Las humedades por filtración lateral, al darse bajo cota, aparecen al nivel del terreno, por lo suelen bajar desde la parte superior y afectar a toda la pared. Las humedades por condensación se hacen visibles con el goteo de cristales y el moho que provocan se estanca en juntas de ventanas y en las esquinas superiores de las estancias.

Para evitar todas estas situaciones problemáticas es importante contactar con profesionales cualificados ante los primeros síntomas. Murprotec ofrece un completo diagnóstico previo sin compromiso y una solución definitiva para cada tipo de patología. La compañía cuenta con más de 65 años de experiencia y más de 13.000 intervenciones realizadas con éxito al año. Sus tratamientos son exclusivos, patentados y de fabricación europea y dispone, además, de las herramientas de diagnosis y ejecución más punteras del mercado desarrolladas en su área de I+D. Todo este proceso permite a Murprotec ofrecer garantías certificadas de hasta 30 años.

MÁS INFORMACIÓN

Dirección: Polígono Ugaldeguren I, Pabellón 5-II Bajo 3 (Zamudio).

Teléfono: 900 11 00 00

Web: www.murprotec.es

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