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El neurólogo Alejandro Durán y la fisioterapeuta Sara García explican en este capítulo cómo la robótica aplicada a la rehabilitación ayuda a mejorar la calidad de vida de las personas afectadas
Cada año en España se diagnostican unos 120.000 ictus y más de 150.000 personas conviven con el párkinson, según la Sociedad Española de Neurología. Ambas enfermedades afectan gravemente la calidad de vida de quienes las padecen y pueden agravarse de manera progresiva. En el ámbito de la rehabilitación, la robótica se ha convertido en una herramienta innovadora. Los expertos de Quirón Salud Bizkaia, el neurólogo Alejandro Durán y la fisioterapeuta Sara García, explican en ‘Hablamos de salud con…’ cómo la neurorrehabilitación robótica puede contribuir a la recuperación de estos pacientes.
En el caso del ictus, la robótica ha mejorado la rehabilitación de secuelas motoras. Según la fisioterapeuta Sara García, los tratamientos incluyen ejercicios con plataformas para recuperar el equilibrio y exoesqueletos que asisten el movimiento. «Podemos usar exoesqueletos para las extremidades superiores, que ayudan a recuperar la movilidad del brazo o la mano, o dispositivos más globales, como los exoesqueletos de marcha», señala. Además, destaca que la tecnología no reemplaza al terapeuta, sino que facilita una recuperación más guiada y repetitiva, lo que estimula la neuro plasticidad.
Por su parte, la rehabilitación neurológica también beneficia a los pacientes con párkinson en fases avanzadas de la enfermedad. «Junto con la terapia farmacológica, estos tratamientos mejoran su calidad de vida», explica el doctor Durán. Las terapias se centran en el equilibrio y la capacidad de reacción, con especial atención a las caídas. «No podemos eliminarlas por completo, pero sí entrenar a los pacientes para reducir el riesgo».
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