Borrar

Tus joyas antiguas merecen una segunda oportunidad

En Joyerías Zuluaga-Eguzkilore puedes actualizarlas, crear con ellas una nueva pieza o cambiarlas por un vale canjeable

EL CORREO

Compartir

Una joya es mucho más que algo material. Expresa emociones, estatus y belleza. Algunas pasan de generación en generación, impregnándose de la historia familiar, aunque a veces queden olvidadas en un cajón. Pero podemos brindar una segunda vida a esas joyas antiguas, actualizándolas o creando a partir de ellas una pieza única que le aporte un valor añadido.

En una sociedad cada vez más preocupada por cuidar el medio ambiente, las prácticas sostenibles han llegado también al mundo de la joyería. Esa es la esencia de Joyerías ZuluagaEguzkilore, un negocio familiar que apuesta por aprovechar los materiales, reutilizándolos en nuevos diseños o transformándolos.

Joyerías Zuluaga-Eguzkilore
Proceso de fundido del oro.

Revisan las piezas, las tasan y te explican cómo se pueden actualizar. Al fin y al cabo, reciclar ese anillo de oro o plata heredado además de sostenible, es también una forma de que el capítulo que comenzó a escribir ese familiar continúe escribiéndose.

Una labor totalmente artesanal que abre las puertas a un sinfín de posibilidades creativas en las que se funden el pasado y el presente para crear una joya con sentimiento. Esa es la pasión del maestro joyero Ander Zuluaga, que en su taller hace renacer las joyas antiguas como diseños renovados. Por ejemplo, el anillo de la bisabuela puede transformarse en uno más moderno, en una obra de arte personal con una historia propia que la hace aún más especial.

El reciclado de joyas abre las puertas a un sinfín de posibilidades creativas

Imagina participar en ese proceso de creación único en el que defines junto al maestro joyero el diseño, las líneas, o los detalles que te gustaría incluir, como una combinación inusual de metales y piedras… Y que Ander en el taller cumpla tu sueño a través de un proceso artesanal y minucioso del que resurgirá una nueva pieza única, sostenible, que hablará de ti, de ella, y que aportará un capítulo más a la historia familiar.

Joyerías Zuluaga-Eguzkilore
La actualización o creación de una nueva pieza sigue un proceso totalmente artesanal.

¿Alguna vez has buscado una pieza que tenías en mente y has terminado comprándote algo parecido, pero no igual? Quizá la respuesta esté en dar una segunda oportunidad a la gargantilla de la tía, a la alianza del abuelo, a la pulsera con tu fecha de nacimiento o a la medalla de la comunión.

Si por el contrario, prefieres decirles adiós a esas piezas antiguas, en Joyerías Zuluaga-Eguzkilore ofrecen un servicio de tasación y te entregan un vale canjeable por ese valor, que se te descontará del precio final de una pieza que adquieras en sus establecimientos.

Desde 1950

La historia de la familia de joyeros Zuluaga comenzó a forjarse en los años 50, cuando su fundador, Ixidor Zuluaga, abrió su propio taller en el Casco Viejo, donde elaboraba piezas para las mejores joyerías de Bizkaia. Ixidor fue uno de los primeros maestros joyeros en trabajar el platino. Su creatividad y la visión empresarial y comercial de su mujer, Mª Eugenia Gortazar, les llevó a abrir en 1988 su primera joyería en Galdakao. En la actualidad cuentan con cinco establecimientos (Galdakao, Amorebieta, Bilbao, San Sebastián y Vitoria-Gasteiz) y en 2007 dieron forma a Eguzkilore, una joya única basada en la mitología vasca con carácter protector. Son, además, la única firma que dispone de tres puntos de venta en Bizkaia de la marca Tissot, una empresa relojera suiza de lujo fundada en 1853.

Joyerías Zuluaga-Eguzkilore
Los relojes Tissot se pueden adquirir en los tres establecimientos de Joyerías Zuluaga-Eguzkilore.

Pasión por lo artesanal

Hoy son sus hijos, Ander e Igotz, quienes están al frente. Ander siguió los pasos de aita. Estudió Gemología, se especializó en Diamantes y se tituló como tasador de joyas, dando continuidad al oficio de maestro joyero. Realiza la parte más artesanal, de la que se enamoró viendo a su padre en el taller. Desmontar las piezas, unirlas, fundir el oro al fuego, moldear, engarzar… Un proceso minucioso que le apasiona porque con cada paso sabe que está creando algo exclusivo y especial que hablará de la persona que lo lleve.

Por su parte, Igotz ha seguido los pasos de ama, y se encarga del desarrollo empresarial. En un mundo que cada vez corre más rápido, apuestan por una joyería ética, sostenible y reutilizable que aprecie el valor de lo artesano. Y que aprecie, sobre todo, la historia que ya está escrita, un acto de amor hacia ese ser querido que confió su joya para que su memoria continúe viva.

JOYERÍAS ZULUAGA EGUZKILORE

Juan Bautista Uriarte, 49 (Galdakao)

Karmen, 2 (Amorebieta)

Máximo Aguirre, 20 (Bilbao)

www.joyeriazuluaga.com

Compartir

Content Service elaborado por SRB Ediciones