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La transición energética ya no es una opción, sino una urgencia. En Euskadi, donde la industria representa más del 20 % del PIB, la descarbonización se ha convertido en una prioridad estratégica. En este contexto, las instituciones vascas han puesto en marcha una hoja de ruta ambiciosa que busca transformar el modelo productivo sin perder competitividad.
Deskarboniza 2025 es el plan impulsado por el Gobierno vasco y las Diputaciones Forales para reducir las emisiones del sector industrial mediante un enfoque colaborativo y tecnológico. Dotado con 400 millones de euros en ayudas directas, el programa persigue movilizar hasta 1.200 millones de inversión público-privada con un objetivo claro: posicionar a Euskadi como un referente europeo en sostenibilidad industrial.
El plan ofrece subvenciones de entre el 23% y el 33%
Este plan pone el foco en tres ejes: eficiencia energética, autoconsumo y tecnologías limpias. Se trata de reducir el consumo energético -la energía más sostenible es la que no se consume-, aumentar la seguridad del suministro eléctrico y apostar por soluciones como el hidrógeno verde, la electrificación o los sistemas de almacenamiento.
A nivel de autoconsumo, hasta la fecha Euskadi cuenta con 150 MW de potencia instalada, y en cuatro años se plantea triplicar esa cantidad llegando a los 450 MW. De esta forma, de cara a 2030 nos posicionaríamos entre los países más avanzados en su apuesta por el autoconsumo en la Unión Europea.
Uno de los casos más emblemáticos es el del Bilbao Exhibition Centre (BEC), donde se han instalado placas fotovoltaicas con apoyo del Ente Vasco de la Energía (EVE), permitiendo cubrir hasta el 25% de la demanda. También destaca el proyecto en el Hospital de Cruces, que contará con 4,9 MW de potencia renovable para garantizar el suministro de una instalación crítica.
El plan ofrece subvenciones de entre el 23% y el 33%, según el tamaño de la empresa, y se complementa con deducciones fiscales de hasta el 35% por inversiones en tecnologías limpias. Así, una pyme podría reducir hasta un 68% el coste de descarbonizar sus procesos productivos. Las medidas también incluyen préstamos a interés cero para administraciones públicas y líneas específicas para economía circular, movilidad sostenible o auditorías energéticas.
Deskarboniza se plantea como una herramienta clave para que Euskadi avance en la transición energética sin perder competitividad. Con un enfoque en la neutralidad tecnológica, aspira a situar a la industria vasca en la vanguardia europea, reforzando su resiliencia, capacidad de atracción de inversión y compromiso con el desarrollo sostenible.
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